Tanto para el presidente como el obispo de la ILCh, las reuniones de ambos días se desarrollaron en un marco de respeto y productividad, y se pudieron tratar importantes temas que estaban en tabla.

Entre ellos destaca la creación de dos comisiones: una que reformará los estatutos y otra que se encargará de la administración de Puerto Fonck. Además, se conversó acerca de cómo mejorar el trabajo diacónico de la Iglesia y se visibilizó la preocupación en torno al crecimiento de ella.

“Uno de los temas más relevantes es la diaconía de la ILCh, que es uno de los pilares de cualquier iglesia. Además, se conversó acerca de nuestros estatutos, los que datan de 1976 y que tienen algunas cosas que ya están superadas, otras que no están claras y hay cosas que queremos agregar, como oficializar la realización de reuniones del Consejo Sinodal de forma online en tres de las cuatro reuniones anuales”, explicó el presidente de la ILCh.

“Después de la pandemia, a la Iglesia le ha costado retomar el camino que teníamos antes, por lo que creo que el crecimiento de ella fue uno de los temas conversados más importantes. Otro de ellos tiene que ver con el cariño que le tenemos a Puerto Fonck, por lo que decidimos crear una comisión para hacer más eficaz su administración para nuestras distintas actividades”, mencionó el obispo de la ILCh.

Finalmente, y tras dos días de reunión, los distintos representantes de las comunidades iniciaron el retorno a sus hogares, con la confianza puesta en que las decisiones acordadas en el Consejo Sinodal contribuyan a cumplir con los objetivos a largo plazo de la Iglesia Luterana en Chile.