La mañana del 20 de enero, el ambiente de Puerto Fonck cambió drásticamente a uno de expectación. Los colaboradores, que ya llevaban varios días en la localidad junto al lago Llanquihue, comenzaron a hacer los últimos preparativos antes de que le lleguen los campistas, quienes arribarían a primeras horas de la tarde.
Previamente los colaboradores habían estado participando del Campamento de Liderazgo, oportunidad en la que tuvieron su preparación antes de iniciar su trabajo junto a jóvenes, el cual duraría casi ocho días. Si bien no todos quienes asistieron a este campamento se quedarían, todos quienes participarían en la próxima actividad tuvieron que pasar por este proceso de formación.
“El campamento de liderazgo tiene por objetivo crear líderes en la Iglesia que puedan realizar distintas tareas y puedan desarrollar diferentes habilidades, como la comprensión, la empatía, el manejo de grupos y conocimientos teológicos”, explica Francisco Gómez, coordinar nacional de la Pastoral Juvenil de la Iglesia Luterana en Chile (ILCH).
Algunos colaboradores son nuevos y otros antiguos, pero todos ya están preparados y comparten el entusiasmo de los días que están por venir. Así, con la llegada de los campistas y el famoso saludo grupal, se dio inicio a esta tradicional actividad de nuestra Iglesia.
La versión 2023 del Campamento de Jóvenes, llevado a cabo entre el 20 y 27 de enero, contó en esta oportunidad con 58 campistas, quienes fueron acompañados por 10 colaboradores, además del vicario Karl Michael y el pastor Hemir Ochoa.
En esta ocasión, un hecho que destacó enormemente fue que la gran cantidad de nuevos campistas, ya que más del 80% de ellos nunca había participado en un campamento de la ILCH, lo cual llamó la atención los organizadores.
“Quedamos sorprendidos con este cambio generacional en los campistas, jóvenes que en su mayoría tenían entre 14 y 15 años, principalmente del sur. Siento que no se dividieron tanto grupo como en otras ocasiones, y que compartieron en general mucho juntos, lo cual nos alegró”, menciona Antonia Tapia, colaboradora del campamento.
Cabe destacar también que este fue el primer Campamento de Jóvenes sin restricciones sanitarias debido al Covid-19, por lo que se contó con el doble de asistentes que el año anterior. Si bien esto presentó desafíos, Karl Michael, vicario de nuestra Iglesia, considera que fueron superados sin inconvenientes.
“Este es el primer año que se hace un campamento ‘normal’ post pandemia. Ya hubo otro antes, pero tuvo aforo restringido y limitaciones de contacto y cercanía. Si bien fue un desafío, ya podemos tener la tranquilidad de que efectivamente pudimos retomar el estilo clásico con el que llevamos a cabo nuestras actividades”, explica.
Ningún campamento de Puerto Fonck, sea de niños, jóvenes o de familia se realiza sin un tema. En esta oportunidad, se tomó como base Juan 21, que tiene su contexto en el reencuentro de Jesús resucitado con algunos de sus más importantes discípulos junto al mar de Galilea.
“Es por eso que nuestro tema principal tuvo como título ‘Las cosas buenas pasan en una playa’, y todos los temas que se tomaron fueron bíblicos y vinculados a una orilla, ya sea del río Jordán, el mar de Galilea, el mar Mediterráneo e incluso el mar Rojo”, explica el pastor Hemir Ochoa, principal encargado del campamento.
Para trabajar el tema de este año, los jóvenes se reunieron cada mañana en la iglesia de Puerto Fonck -exceptuando el domingo debido al culto- para hacer un plenario sobre él, y posteriormente separarse en grupos de diez campistas, para así discutir en grupo algunas preguntas junto a un colaborador.
“Los campistas fueron muy receptivos en torno a estos temas, y eso lo pudimos comprobar con los comentarios positivos que recibimos por parte de ellos acerca de las historias tratadas. Además, fue buena oportunidad para ellos de abrirse en un acto de confianza, pudiendo así conocerse mejor”, menciona Francisco Gómez.
Por su parte, Antonia Tapia destacó la división del tema central -el agua- en distintas historias por día, lo cual ayudó a captar el interés de los participantes. “Como tema fue muy pertinente, especialmente porque tenemos el lago Llanquihue justo al lado. Además, justamente la hora de playa es un momento muy destacado en nuestro campamento y en el cual se comparten muy buenos momentos”, opina.
Además de las tradicionales actividades deportivas, de alianza y de playa, las que son fundamentales en el Campamento de Jóvenes, en esta ocasión hubo importantes invitados que vinieron a compartir con los campistas.
“Un día contamos con la presencia del exobispo de nuestra Iglesia Siegfried Sanders, quien vive en Cascadas y vino para que lo ‘entrevistáramos junto al pastor Hemir, ya que es considerado el creador de los campamentos de Puerto Fonck. También nos visitó el pastor Eduardo Silva, quien realizó un plenario junto a los campistas en la iglesia y respondió varias preguntas sobre algunos temas”, menciona Karl Michael.
Por su parte, el pastor Hemir Ochoa también destacó algunas de las actividades realizadas en la noche de cada jornada. “Entre los distintos días realizamos la ‘Noche de los Sentidos’, la ‘Noche de Talentos’ y la ‘Noche de Películas’, que tuvieron una muy buena recepción. Sin embargo, destaco enormemente la ‘Noche de la Reforma’, un juego muy complejo que disfrutamos junto a los campistas en el que contamos con el apoyo de jóvenes externos al campamento que también vinieron a ayudarnos”, explica.
De esta forma, y tras casi ocho días de campamento, una nueva generación de jóvenes regresó a sus hogares el 27 de enero, muy contentos con las actividades de este verano y con ansias de que el año transcurra con rapidez para volver a reencontrarse en Puerto Fonck, a las orillas del lago Llanquihue.