Pra. Hanna Schramm
Ustedes, como hijos amados de Dios, procuren imitarlo. 2 Traten a todos con amor, de la misma manera que Cristo nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios. 8 Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz, 9 pues la luz produce toda una cosecha de bondad, rectitud y verdad. Efesios 5,1-2.8-9
En el tiempo de internet que ofrece una cantidad de medios de comunicación sin fin podemos acceder a mucha información de toda índole y temática.
Dentro de esta infinita oferta cuesta mucho elegir y orientarse. En la política y lo que pasa en el mundo nos vemos enfrentados con fake news e información sesgada. También sucede que simplemente conocemos cada vez más formas y propuestas como llevar la vida. Por ejemplo, los planes para bajar de peso. Hay miles de métodos, y probablemente ninguno es peor o mejor. O a través de los medios digitales podemos conocer la vida y los consejos de vida de muchas personas privadas. Cuando echo una mirada al mundo de Instagram y Youtube puedo distraerme por mucho tiempo y perder el foco.
Confieso que a mí me abruma a veces tanta información y opinión cuando veo mi celular. Me pregunto: ¿En qué confiar? ¿En qué orientarme? ¿Qué ejemplos seguir?
Hay otro desarrollo que causa una sensación de desorientación. Las grandes instituciones son cada vez menos confiables por los escándalos que se han revelado. Hay una ausencia de responsabilidad y al mismo tiempo me siento llamada a ser responsable. Pienso en el cuidado de la creación o en simples cosas como un trato amable con el otro o ceder el paso a otros aunque cuando no me dan el paso a mi.
El texto bíblico para hoy fue escrito por alguien quien temía la pérdida de responsabilidad y la confusión que vivían los cristianos paganos a las cuales se dirige la carta en Éfeso y otras ciudades.
Quiere aconsejar y orientar.
Y lo primero que dice es: procuren imitar a Jesús. Traten a todos con amor, sean ofrenda y sacrificio como Él.
¡Qué difícil! ¿Qué significa esto? ¿Ir a la cruz igual que él? ¿Sufrir? ¿Abnegarse completamente?
Dietrich Bonhoeffer escribió un libro que se llama “Nachfolge”. Nachfolgen significa seguir y suceder. Él expresa que solo podemos experimentar la verdadera y cara y valiosa gracia de Dios si seguimos a Jesús, si cumplimos con el llamado que nos hace este domingo. Para Bonhoeffer esto significa moverse, actuar, cambiar la perspectiva, dejar lo conocido y andar en caminos nuevos. Sí, caminos donde Jesús ha pisado sus pies y esto sin condiciones, sin “poner un pero”, sin mirar atrás como dice el evangelio de hoy que encuentran en Lucas 9,57-62.
Siento resistencia, pues dudo que pueda seguir el ejemplo de Jesús. Dudo que pueda cumplir sus mandatos (Por ejemplo los del sermón del monte que Bonhoeffer interpreta en su libro para expresar lo significa el seguimiento.) Dudo que mis pies quepan en sus huellas. ¿No sería muy soberbio creer esto?
Pero justamente este llamado trata de esto, de dejar las dudas e inseguridades atrás o mejor dicho no permitir que te inmovilicen. Imitar a Jesús en la manera cómo puedes, hacer el primer paso, aunque sea incompleto, incómodo y vacilante, inseguro, buscar la huella de Jesús, independientemente de que calza o no.
Pues la idea del seguimiento es orientar hacia una acción, es darte confianza en los pasos a seguir, es fortalecerse en un camino sano y seguro, un camino que lleva a la vida. Un camino en que tratas a todos con amor.
En el seguimiento se sigue a alguien quien da justamente la seguridad y la confianza que necesitas para caminar y accionar: Jesucristo. Él te saca de la desorientación y confusión y te guía al camino de la vida, te toma en la mano. Pues él es luz, como dice el texto. Él ilumina el camino, te muestra donde puedes andar sin caer al abismo y desviarte. Su luz te lleva a las acciones de bondad y verdad.
Así, seguir a Jesús no es seguir a ciegas y de forma irresponsable. Tampoco significa que no puedas tener dudas. Seguir a Jesús significa hacer un paso hacia Él, compartir con él tus dudas y preguntas, significa conocer su amor y compartir su amor. Significa andar con los ojos abiertos y mirarlo fijamente.
O dicho de otra forma: Significa perder mi mirada en Él y no en mi celular y toda la información que dispone.
¿Y qué veo en sus pisadas, que están conservadas por los evangelios, la palabra de Dios?
Descubro que él perdona mis pecados y me impulsa hacerlo mismo.
Aprendo que sana a los enfermos y me llama a cuidar la vida de todos.
Descubro que interviene donde hay injusticia y me enseña a ser justo con todos.
Reconozco que Jesús es frágil como yo y sufre conmigo y me invita a tener compasión con otros.
Descubro que no deja de sorprenderme y cambiar las vidas y me impulsa a moverme, a atreverme.
Reconozco que Jesús disfruta la vida y me llama a su mesa y me llena la copa y me enseña a ser generosa.
Descubro que Jesús trata a todos con dignidad, sin hablar mal, sin tratar mal y me inspira a hacer lo mismo.
La carta a los Efesios también menciona cómo se pone en práctica la imitación de Jesús. En los versículos 3 a 5 llama a abstenerse de inmoralidad sexual, impureza y avaricia y llama a cuidar el lenguaje y alabar, fijarse en Dios. Todos ellas son actividades para cuidar la vida y la convivencia.
Hoy estamos invitados a esta aventura de las huellas de Jesús. Estamos invitados todos los días de nuevo a envolvernos con él. Aprender en conjunto y sea que caminemos como un bebe que recién aprende a caminar.
Nos deseo que nuestros pies se dejen guiar por nuestros ojos en Cristo. Amen