Este orden busca facilitar la celebración del culto familiar. Utilizamos en forma totalmente inclusiva términos como “hermanos”, “nosotros”, y otros, que refieren a hombres y a mujeres. Tal como en nuestros cultos presenciales, queremos que todos los asistentes participen activamente.
En los distintos momentos, una o varias personas pueden oficiar como “guía” (G) o “familia”, según corresponda. Los himnos están vinculados a videos de YouTube, que vienen con las letras, de tal modo que si desean cantarlas lo pueden hacer acompañados de melodía. Sugiero tener previamente coordinadas las 6 paginas (4 himnos, preludio y posludio).
Les invitamos a preparar un ambiente adecuado para la celebración del Señor. Sugerimos habilitar un pequeño altar (por ejemplo, en una mesa u otra superficie estable), cubrirlo con un mantel blanco. Si desea considerar el calendario litúrgico, para este domingo sería el color verde, pero si no dispone de un mantel de ese color, el blanco está muy bien. Además, colocar una cruz, una biblia abierta (en un texto que sea significativo para ustedes como familia, un salmo, o en el del evangelio de hoy, etc.) y dos velas (una a cada lado de la biblia). Si no es posible contar con lo anterior, procuremos que nuestro espacio esté lo más libre posible de ruidos o elementos distractores (silenciar dispositivos móviles, alarmas, etc.).
Antes de comenzar, dispongámonos a participar activamente, revisemos este orden en su totalidad, asignemos las distintas secciones entre los presentes que guiarán, y, con actitud de recogimiento, comencemos.
1. Preludio:
3. Estamos reunidos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amen.
4. Introito:
Dios mío, tú me conoces muy bien; ¡sabes todo acerca de mí! Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; ¡aunque esté lejos de ti, me lees los pensamientos!
Por eso: Glorifiquemos al Señor.
Familia responde (ideal si se acuerdan de la melodía o lectura)
Gloria sea al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era al principio
Es ahora y siempre por los siglos de los siglos Amen.
Guía
5. Confesión: Hermanos en la fe.
Ya que estamos claramente en presencia de Dios, abramos nuestros corazones y mentes al Señor. En el libro de los Salmos capítulo 139, 9
¡Jamás podría yo alejarme de tu espíritu, o pretender huir de ti! Si pudiera yo subir al cielo, allí te encontraría; si bajara a lo profundo de la tierra, también allí te encontraría.
6. Siendo así los invito a que unidos y en silencio confesemos a Dios, nuestro Padre Celestial, nuestra condición pecadora y de este modo nos sea posible continuar rindiendo culto a Dios apoyados en su misericordia. Acerquémonos de corazón recto a Dios, confiados en el amor y en la compasión de nuestro Señor.
7. Confesémonos ante Dios en la quietud de nuestros espíritus.
(30 a 45 segundos de silencio)
8. Nuestro socorro está en el nombre del Señor que hizo los cielos y la tierra.
Guía Familia responde
Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros
Guía
9. Oración: Señor, gracias por escuchar nuestras oraciones, gracias por que tus misericordias son nuevas cada maña. Gracias por tu respuesta que se basa en el amor y la comprensión de nuestra existencia. Gracias Señor, porque por medio de tu perdón podemos iniciar el camino hacia la paz contigo, con las personas que nos rodean y con uno mismo. Gracias te damos gracias Señor por tu perdón.
10. ¡Gloria a Dios en las alturas!
Familia responde (ideal si se acuerdan de la melodía o lectura)
En la tierra paz y a los hombres buena voluntad.
A Dios dad gracias dad honor y gloria en las alturas; pues
Sabio y grande protector, bendice a sus criaturas con fuerza y buena
Voluntad, remedia la necesidad, y alivia las tristuras
Guía Familia responde
11. El Señor sea con vosotros. Y con tu espíritu, AMEN.
Guía
12. La lectura para el día de hoy se encuentra en el Evangelio de Mateo 5:13 – 16 (versión Traducción Lenguaje Actual, TLA):
13 »Ustedes son como la sal que se pone en el horno de barro para aumentar su calor. Si la sal pierde esa capacidad, ya no sirve para nada, sino para que la tiren a la calle y la gente la pisotee.
14 »Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver.
15 Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa.
16 De la misma manera, la conducta de ustedes debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo.
13. Guía dice: Es palabra dada por Dios. Gloria a ti Cristo, Aleluya
Familia responde (ideal si se acuerdan de la melodía o lectura) :
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Guía
14. Los invito a confesar nuestra fe mediante el Credo Apostólico.
Creo en Dios Padre todopoderoso; creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso; y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Cristiana; la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable. Amen.
15. Himno N°2: En el monte calvario estaba una cruz
Guía:
16. Sermón:
a. Texto bíblico en que se basa la meditación, Juan 9:1 al 7.
1 Cuando Jesús salió del templo, vio por el camino a un joven que había nacido ciego.
2 Los discípulos le preguntaron a Jesús: —Maestro, ¿quién tiene la culpa de que este joven haya nacido ciego? ¿Fue por algo malo que hizo él mismo, o por algo malo que hicieron sus padres?
3 Jesús les respondió: —Ni él ni sus padres tienen la culpa. Nació así para que ustedes vean cómo el poder de Dios lo sana.
4 Mientras yo esté con ustedes, hagamos el trabajo que Dios mi Padre me mandó hacer; vendrá el momento en que ya nadie podrá trabajar.
5 Mientras yo estoy en el mundo, soy la luz del mundo.
6 Enseguida Jesús escupió en el suelo, hizo un poco de lodo con la saliva, y se lo puso al joven en los ojos.
7 Entonces le dijo: «Ve a la piscina de Siloé,[a] y lávate los ojos.»
b. Meditación:
Nuevamente me toca escribir una meditación en estos tiempos en que el Covid-19 nos tiene a su merced. El texto para esta meditación, como acaban de leer es bien especial y llama bastante la atención, por varios detalles. Lo primero que me sorprendió es la pregunta que hacen los discípulos sobre quien tiene la culpa o la responsabilidad de que haya nacido ciego. Los discípulos dan dos opciones, los padres o el joven. La imagen que me queda, se refiere a que tiene que haber una persona responsable de aquello que ocurre. No dan la opción, que muchas veces en la vida, todo lo que acontece, existe un porcentaje que ocurre por situaciones ajenas a uno o a los padres. Por ejemplo, si uno se contagia del Covid-19, puede ser por ayudar a otro ser humano o simplemente nuestra fragilidad como personas, surge cuando olvidamos alguna norma. Además, hay decisiones que se tomaron en el pasado, en tiempos en que ninguno de nosotros estaba ni en proyecto para nacer, lo cual trae consecuencias insospechadas para la vida de generaciones venideras. Por ejemplo, un cambio de trabajo o de ciudad, marca un rumbo distinto en la vida y lo que ocurre en esta. O, por otro lado, la ingesta de un alimento que no sabía que era alérgico, que luego al descubrir que lo somos, nos cambia la vida. Lamentablemente, hay muchas cosas que nosotros ignoramos de nosotros mismos, hasta del tema genético, que, al surgir un caso como este, del joven ciego de nacimiento, creemos que debe haber un culpable. Es una tendencia muy humana, de que debe haber un responsable de lo que nos pasa, pero pocas veces vemos que estamos en un mundo imperfecto, con situaciones imperfectas y con consecuencias imperfectas. Pareciera ser, que necesitamos tener a quien responsabilizar de lo que nos ocurre.
Lo que es genial es la respuesta de Jesús, que nos lleva a una esfera o ámbito muy distinto. Lo que nos ocurre en la vida, es una gran oportunidad para que obre Dios o se muestre el poder de Dios para sanar u obrar. Donde el ser humano escribe torcido, Dios escribe derecho. Esto me hizo recordar la historia de Helen Keller, una escritora sorda y ciega, que con el paso de los años, Dios envío a un ser humano, que le ayudó, logrando ella desarrollar todo el potencial que tenía en su vida. Dios nos mostro su poder de una manera excepcional. En reiteradas ocasiones, las limitaciones las colocamos nosotros mismos, no es Dios, las personas o el ambiente que nos rodea.
Pero cuando creemos en algo más que aquello que nos rodea o nuestras posibilidades, Dios hace el milagro de abrir las puertas, donde no se ven puertas. Jesús, hace algo excepcional, le regresa la vista. En otras oportunidades, abre el corazón para que surja la fe o nos hace una pregunta para que veamos nuestra realidad y la transformemos. Siendo eso el inicio de un gran milagro.
Por otro lado, parece ser que tenemos tipificado como tiene que ser un milagro. Jesús hace algo que, si yo lo realizara en un culto, sería fuertemente cuestionado. Escupe en la tierra, hizo un poco de lodo y se lo puso en los ojos. Los milagros no siempre son hechos portentosos o grandes eventos. Pueden ser cosas simples, que a simple vista no revisten importancia o algo que no creemos que sea valioso. Jesús escupe y hace lodo. Puede que el milagro de nuestras vidas sea un cambio en la forma de ver la vida o aprender a adaptarse a nuevas situaciones. Si me preguntan a mí, que milagro espero en estos tiempos, sería el de una nueva forma de ver la vida y encaminar los pasos de nuestras existencias en ese rumbo. Por ejemplo, veamos una simple pregunta ¿Cuánto necesitas para vivir? Si has reflexionado, te darás cuenta que es poco. No necesito renovar el auto todos los años, la ropa se puede usar por mucho tiempo si la cuidamos, no tengo que salir a comer todos los fines de semana, viajar es bueno, pero si no viajo no me afecta; el celular dura más de un año, el querer aprender y mejorar son las mejores herramientas para desarrollar la vida. En el fondo, el milagro es darse cuenta, que mientras tengamos vida y salud, el resto va y viene, y puedo vivir en paz y tranquilidad.
Por otro lado, esta pregunta tiene una pequeña triquiñuela. Cuando nos damos cuenta que necesitamos poco para vivir y tener paz, nos es posible ser generoso y ver el valor de las cosas.
Vienen tiempos, que van hacer muy complejos para muchas personas, faltarán alimentos, trabajos, lugares donde vivir, etc. Son tiempos en que tenemos la oportunidad para ayudar y dejar una huella en la historia, de mostrar a las generaciones venideras como abordamos esta pandemia. Podríamos decir que si alguien pregunta ¿De quien es la culpa que estemos con el Covid-19 y todos los efectos de la pandemia? La respuesta que podríamos dar es que Dios quiere que digamos, que estos son tiempos para ver como el poder de Dios reconstruye vidas y somos capaces de salir adelante.
Jesús dice en el versículo 5 que Él es la luz del mundo. Un milagro que también me gustaría que ocurriera, es que nos demos cuenta que las manos y los pies de Dios en la tierra, somos nosotros, y esta es la oportunidad para que podamos ser luz y sal en la tierra. Tiempos para hablar y hacer lo que Cristo realizó.
Me pregunto…… ¿Tendremos la apertura de corazón para ver que cada uno sea un milagro en estos tiempos?
Que Dios los bendiga. Amén.
17. Himno N°3: Aprisa Sión
18. Los invito en este momento a elevar nuestras oraciones a Dios en silencio.
19. Padre Nuestro:
Vater unser im Himmel, geheiligt werde Dein Name.
Dein Reich komme. Dein Wille geschehe, wie im Himmel so auf Erden. Unser tägliches Brot gib uns heute. Und vergib uns unsere Schuld, wie auch wir vergeben unseren Schuldigern. Und führe uns nicht in Versuchung, sondern erlöse uns von dem Bösen. Denn Dein ist das Reich und die Kraft und die Herrlichkeit in Ewigkeit. Amen.
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal; Porque tuyo es el reino el poder y la gloria por los siglos de los siglos, amen.
20. Bendición final:
Que el Señor nos bendiga y nos guarde, Que haga el Señor resplandecer su rostro sobre nosotros y tenga de nosotros misericordia.
Que vuelva el Señor su rostro a nosotros y nos conceda su paz. Amen.
22. Himno N°4: Himno A Ti la gloria
23. Postludio.