Alfred Kroeger tiene 63 años, habiendo participado el directorio de la comunidad Martin Luther desde 1993, ocupado los cargos de director (2 años), tesorero (6 años), vicepresidente (10 años) y presidente (13 años). Está casado con Heidemarie Ihl y tiene tres hijos, siendo una familia que tiene una activa participación en la iglesia de Concepción.
Durante el último Sínodo realizado en noviembre del año pasado, la comunidad Martin Luther se incorporó oficialmente a la Iglesia Luterana en Chile (ILCh). Es por ello que, en esta entrevista, Alfred Kroeger nos contó más acerca de la historia de su comunidad, las distintas actividades que realizan, sus actuales desafíos y el futuro en conjunto que imaginan junto a la ILCh.
¿Cuál es la historia de la comunidad Martin Luther de Concepción?
Nuestra Comunidad fue fundada oficialmente en el año 1904 bajo el nombre de Evangelische Deutsche Kirche, tarea realizada por inmigrantes alemanes asentados en la ciudad. No obstante, se tiene registros de inscripción de bautismos desde 1892.
En sus inicios las reuniones se realizaban en dependencias del Colegio Alemán, y no fue hasta 1910 cuando se comenzó a construir el primer templo ubicado en la calle Orompello con O’Higgins, en el centro de la ciudad, el cual resultó destruido por el terremoto de 1939. Entre aquel año y 1950, la congregación volvió a reunirse en las dependencias del colegio, hasta que en este último año se da inicio a la construcción del nuevo templo ubicado en Colo Colo 54, espacio donado por el Colegio Alemán, lo que da cuenta de la estrecha relación existente en aquel tiempo entre la iglesia y el colegio.
Uno de sus principales referentes es el Pastor Otto Brien, quien realizaba cultos, “casuales” y visitas pastorales desde Tomé hasta Contulmo, y que fue quien promovió la construcción del templo que actualmente nos alberga. Él nos acompañó durante 42 años y fue el principal referente pastoral en la octava región a comienzos del siglo XX.
¿En qué idioma se realizaban las actividades de la comunidad? ¿Era el alemán el predominante?
Nuestra comunidad mantuvo oficialmente el idioma alemán hasta 1965, año en el cual se comenzó a incorporar, por iniciativa del entonces pastor Helmut Frenz, cultos y actividades en castellano. Esto desembocó en que en el año 1973 se fundara la comunidad hispana, liderada por el pastor Astasio, quien era proveniente de Costa Rica y fue el promotor de La Iglesia Luterana San Pablo en Hualpén, y La Iglesia Luterana San Pedro en Coronel, ambas pertenecientes a la IELCh y que se gestaron en el seno de nuestra comunidad.
La Congregación tuvo pastores alemanes hasta 1995, quienes realizaban cultos tanto en castellano como en alemán. En lo posible, siempre hemos intentado tener pastores bilingües que puedan dar continuidad a nuestra tradición chileno-alemana que tanto nos caracteriza. En este sentido, hemos podido contar con pastores y pastoras provenientes de Brasil y Chile.
¿Qué tipo de trabajos diacónicos hacía la comunidad en aquellos tiempos?
En paralelo a las obras misioneras en nuestra ciudad, la congregación se comprometió rápidamente a crear obras diacónicas que hasta el día de hoy funcionan con gran autonomía y que permiten servir al fortalecimiento y el apoyo a las personas en condición vulnerable en nuestra zona.
En este sentido, se inició un incipiente trabajo con un centro de lactancia, que actualmente es un jardín infantil, y un centro comunitario en la población de Agüita de la Perdiz. Lo mismo se hizo con una guardería para niños cuyas madres trabajaban y que actualmente se transformó en el Colegio Martin Luther, ubicado en la población Candelaria, en la comuna de San Pedro de la Paz.
Junto a ello, actualmente tenemos dos programas de apadrinamiento que permiten apoyar los estudios escolares y universitarios a alumnos del colegio y otro a familias con integrantes con problemas de discapacidad de diferente índole.
Nuestra membrecía ha oscilado entre los 100 y 120 miembros aproximadamente, por lo que actualmente nuestro desafío es poder trabajar con un pastor que pueda involucrarse en nuestras obras diacónicas y que nos motive a proyectarnos al futuro, atendiendo las necesidades de nuestra ciudad y con un enfoque evangelizador.
¿Cuántas personas asisten a la iglesia regularmente? ¿Cuál es su rango etario?
Regularmente, domingo a domingo nuestra asistencia es de unas 15 a 25 personas aproximadamente. Muchos de ellos son personas simpatizantes que frecuentemente asisten a ella y que, en la medida que su interés aumenta, algunos se confirman y se convierten en miembros de nuestra comunidad. La cifra de asistencia se incrementa en las festividades cristianas más relevantes como Semana Santa y Navidad, sobre todo esta última, donde tradicionalmente asiste la mayoría de nuestros miembros.
Con respecto a la edad de las personas que asisten regularmente a nuestros cultos, es un rango variable: van desde niños, quienes son atendidos quincenalmente en el culto infantil, hasta adultos mayores, mucho de los cuales bordean o superan los 90 años.
¿Qué actividades realizan semanalmente en la iglesia? ¿Cuáles son algunas de las más populares o con más participantes?
Semanalmente, la principal reunión es nuestra liturgia dominical, instancia que reúne a una diversidad de personas, muchos de ellos miembros de la iglesia, mientras que otros son simpatizantes y amigos que encuentran en nuestra comunidad, un lugar propicio para el desarrollo de la fe.
En la semana contamos con una fuerte participación en el coro Martin Luther, que todos los jueves congrega a cerca de 20 personas, reunidas por el amor a la música y cuyo carácter es ecuménico, pero dirigido y coordinado por nuestra comunidad. Además de ello, contamos con un estudio bíblico, y, cada 6 meses aproximadamente, con un curso de introducción al luteranismo, que busca incorporar a las nuevas personas a la fe luterana, donde muchas de ellas dan el paso para la confirmación. Además, semanalmente se reúne el grupo de apadrinamiento familiar en una instancia de acompañamiento y contención de familias pertenecientes a este programa.
Por otro lado, mensualmente se reúne el Seniorenkreis, que reúne a los adultos mayores de la comunidad entorno a una once reflexiva, y donde se organizan diferentes actividades de su interés. Con la misma frecuencia, una vez por mes, en nuestro templo somos anfitriones de la oración con cantos de Taizé, que reúne principalmente a católicos y luteranos en torno a la oración por la unidad de la iglesia.
¿Tienen una activa participación de jóvenes?
Hace bastantes años que, lamentablemente, no existe un grupo de jóvenes conformados propiamente como tal. No obstante, hay personas jóvenes que asisten a los cultos y buscan tener un acercamiento con el luteranismo, y muchos de ellos se confirman y buscan instancias para apoyar el trabajo de la iglesia.
Además, existen algunos matrimonios jóvenes, que de igual manera se involucran en la iglesia, ya sea por sus hijos en el culto infantil, o buscando instancias de apoyo a la vida comunitaria.
¿Cómo se está preparando la Iglesia para incorporarse a las actividades de la ILCh?
La principal actividad de participación por el momento es en diferentes campamentos de Puerto Fonck. Esperemos poder conocer y promocionar internamente durante el año otras actividades de la ILCh y así incorporarnos paulatinamente a éstas.
¿Cómo se proyecta la comunidad Martin Luther a futuro? ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta la comunidad actualmente?
Hemos estado cuatro años sin pastor titular, después que nuestro pastor Luis Alvarez jubiló a fines del año 2019. En ese período hemos podido mantener muchas de las actividades de la Iglesia gracias a la ayuda del equipo pastoral, de nuestros miembros y de los pastores de la zona, pero ya requerimos urgentemente que se integre un pastor a nuestra congregación, y por eso estamos en conversaciones para la venida de un pastor de Brasil, lo que esperamos que se concrete esto a inicios de julio.
Nuestro desafío es poder integrarnos bien con el nuevo pastor y que, en conjunto con él, podamos potenciar y reactiva nuestros grupos, además de contar con el apoyo espiritual y de contención para nuestros miembros y nuestras obras diacónicas. Especialmente, nos interesa poder lograr una mayor participación en el grupo de niños en los cultos y la reactivación del grupo de jóvenes, así como también el crecimiento de nuestra membresía y la asistencia a los cultos.
Nuestra congregación se caracteriza por ser inclusiva, incorporándose desde la tradición alemana a la tradición chilena, y por estar siempre velando por la unidad de las iglesias luteranas en Chile. A partir de eso, esperamos poder acoger a cada persona que esté interesada conocer a nuestra Iglesia en el luteranismo y nuestra forma de practicar la fe. Es un proceso dinámico, ya que la forma se va enriqueciendo con los nuevos integrantes que ingresan, por lo que avanzar en ese sentido es un trabajo permanente