Culto del Domingo, 7 de Junio 2020
Pr. Andreas Handstein
Celebramos hoy el Domingo de Trinidad, que DIOS se nos revela como Padre, Hijo y SANTO ESPIRITU
El Domingo de Trinidad nos recuerda, que DIOS se revela de manera triple:
como Padre a quien podemos dirigirnos confiadamente,
como Hijo, que nos ha ganado la Gracia y
como SANTO ESPÍRITU, que nos acompaña en cada día y momento.
Como DIOS trino, el Señor nos es protección, misericordia y paz.
Preludio órgano
Versículo de la Semana:
“Que la gracia del Señor JESUCRISTO, el amor de DIOS y la comunión del ESPÍRITU SANTO sean con todos ustedes.”
(2ndo Corintios 13,14)
Himno:
“Santo, Santo, Santo, Señor omnipotente” (CC 96; R.Heber/J.B.Dykes)
https://www.youtube.com/watch?v=GC-PaCgQ-Kw (cast.c.letra)
En el Nombre del PADRE y del HIJO y del ESPIRITU SANTO.
Nuestra ayuda es en el Nombre del Señor, quien hizo los cielos y la tierra.
Salmo de la Semana:
Salmo 145
145 Te exaltaré, mi DIOS, mi Rey y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
2 Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
3 Grande es el Señor, y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable.
4 Generación a generación celebrará Tus obras, y anunciará Tus poderosos hechos.
5 En la hermosura de la gloria de Tu magnificencia, y en Tus hechos maravillosos meditaré.
6 Del poder de Tus hechos estupendos hablarán los hombres, y yo publicaré Tu grandeza.
7 Proclamarán la memoria de Tu inmensa bondad, y cantarán tu justicia.
8 Clemente y misericordioso es el Señor lento para la ira, y grande en misericordia.
9 Bueno es el Señor para con todos, y Sus misericordias sobre todas sus obras.
10 Te alaben, oh Señor , todas Tus obras, y Tus santos te bendigan.
11 La gloria de Tu reino digan, y hablen de Tu poder,
12 Para hacer saber a los hijos de los hombres sus poderosos hechos, y la gloria de la magnificencia de Su reino.
13 Tu reino es reino de todos los siglos, y Tu señorío en todas las generaciones.
14 Sostiene el Señor a todos los que caen, y levanta a todos los oprimidos.
15 Los ojos de todos esperan en Ti, y Tú les das su comida a su tiempo.
16 Abres Tu mano, y colmas de bendición a todo ser viviente.
17 Justo es el Señor en todos Sus caminos, y misericordioso en todas Sus obras.
18 Cercano está el Señor a todos los que le invocan, a todos los que Le invocan de veras.
19 Cumplirá el deseo de los que Ee temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.
20 El Señor guarda a todos los que Le aman, mas destruirá a todos los impíos.
21 La alabanza del Señor proclamará mi boca; y todos bendigan Su Santo Nombre eternamente
y para siempre.
Adoremos al Señor:
Gloria sea al PADRE y al HIJO y al ESPIRITU SANTO, como era en el principio, es ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Confesión de pecado y llamada de profesión:
DIOS de misericordia confesamos que estamos esclavizados por el pecado y no
podemos liberarnos nosotros mismos. Hemos pecado contra Ti en pensamiento, palabra y obra,
por lo que hemos hecho y por lo que hemos dejado de hacer. No Te hemos amado de todo corazón,
no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Por amor de Tu Hijo JESUCRISTO, ten piedad de nosotros. Perdónanos, renuévanos
y dirígenos por medio de Tu ESPIRITU SANTO, a fin de que Tu voluntad sea
nuestra alegría y andemos por Tus caminos siempre, para Gloria de Tu Nombre.
KYIRE eleison – Señor, ten piedad de nosotros
CRISTE eleison – CRISTO ten piedad de nosotros
KYRIE eleison – Señor, ten piedad de nosotros
Gloria
Gloria a DIOS en las alturas:
Y en la tierra paz y para los hombres buena voluntad.
A DIOS dad gracias, dad honor y gloria en las alturas; pues, sabio y grande
Protector, bendice a sus criaturas; con fuerzas y buena voluntad, remedia la
necesidad y alivia las tristuras.
Amen
Oración
Eterno DIOS, Padre, Hijo y ESPIRITU SANTO, que nos has creado, salvado y santificado; Te damos gracias por Tu bondad y misericordia y Te pedimos, que nos sigas regalando Tu Santa Palabra, que nos des consuelo y nuevo animo en toda nuestra vida. Bendícenos con Tu mano protectora, para que no caigamos en tentación y desesperación.
Te damos gracias porque Tu muestras Tu misericordia al mundo a través de Tu único y amado Hijo JESUCRISTO nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el ESPÍRITU SANTO, siempre un solo DIOS por los siglos de los siglos.
Amen
Epístola:
Romanos 11,32-36 (Reina Valera)
32 Porque DIOS sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos. 33 !Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de DIOS! !Cuán insondables son Sus juicios, e inescrutables Sus caminos! 34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue Su consejero?
35 ¿O quién Le dio a él primero, para que Le fuese recompensado? 36 Porque de Él, y por él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén.
Evangelio:
3 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.2 Este vino a JESÚS de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que Tú haces, si no está DIOS con él. 3 Respondió JESÚS y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de DIOS. 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió JESÚS: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de DIOS. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del ESPÍRITU,[a] espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del ESPÍRITU. 9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10 Respondió JESUS y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. 12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? 13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
¡Gloria a CRISTE, Aleluya! – ¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!
Credo Apostólico
Creo en DIOS Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Y en JESUCRISTO Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra del ESPIRITU SANTO, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucito de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la diestra de DIOS, Padre todopoderoso; y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el ESPIRITU SANTO; la Santa Iglesia Cristiana, la comunión de los santos; el perdón de los pecados, la resurrección de la carne ya la vida perdurable. Amén
Himno:
“Komm Herr segne uns” (M.Hössl)
https://www.youtube.com/watch?v=cbtyAKB-3Mo (almn.c.letra)
Predica: Numeros 6,22-27
Himno:
A nuestro Padre DIOS
https://www.youtube.com/watch?v=1Krg_YUntiw (cast.c.letra)
Oración final – Padre nuestro
Señor DIOS y Padre todopoderoso, Te damos gracias porque Te revelaste por medio de Tu Hijo JESUCRISTO y por medio de Tu SANTO ESPÍRITU. Nos postramos ante Ti y Te alabamos por todo lo que haces por nosotros.
Todopoderoso Creador del Cielo y de la tierra: Nos has protegido hasta ahora y has sido misericordioso con nuestros ruegos y suplicas. Has derramado sobre nosotros abundantemente Tu bendición y así nos das protección, fortalecimiento y salvación. Así como se apiada un padre de sus hijos, así Tú Te apiadas de nosotros, y eres firme sostén en nuestras necesidades.
Por JESUCRISTO, sé nos benigno, no Te apartes de nosotros y enséñanos a servirte y serte fieles y agradecidos.
Redentor y Salvador JESUCRISTO, Te damos gracias por Tu obra redentora llamándonos así a la vida eterna en Tu Reino.
DIOS trino, bendícenos con Tu beneplácito. Despierta en nuestro país el hambre por Tu Santa Palabra.
Haz, que la enfermedad, que está amenazando nuestra vida, termine muy pronto.
Consuela a los afligidos, alienta a los débiles y levanta a los caídos. Protege a los pobres y desamparados.
Santifícanos para que seamos Tuyos y condúcenos al conocimiento de Tu gloria, para así alabarte con todos los ángeles y elegidos.
Te damos gracias Señor, DIOS: Padre, Hijo y ESPÍRITU SANTO porque nos acompañas en la vida en cada día y en cada lugar y porque en Ti podemos tener una verdadera comunión dentro de la Iglesia.
Te damos gracias por medio de Tu único y amado Hijo JESUCRISTO, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el ESPÍRITU SANTO, siempre un solo DIOS por los siglos de los siglos.
Amen
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu Nombre; venga a nosotros Tu Reino;
hágase Tu Voluntad, así en la tierra como en el cielo; el pan nuestro de cada día dánoslos hoy;
y perdónanos nuestra deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos
dejes caer en la tentación; más líbranos del mal. Porque Tuyo es el Reino, el poder y la gloria
por los siglos de los siglos.
Amen
Himno final:
Lobe den Herren den mächtigen König der Ehren /
Alma bendice al Señor, Rey potente de Gloria (EKG 234/CC 195; J.Neander)
https://www.youtube.com/watch?v=048ocMjzQ6k&t=17s (cast.c.letra)
https://www.youtube.com/watch?v=9-UJdeH3SaM (almn.c.letra)
Bendición final
El Señor te bendiga y te guarde. Haga el Señor resplandecer Su rostro sobre ti
y tenga de ti misericordia.
Vuelva el Señor Su Rostro sobre ti y te conceda Su paz.
Amen
Postludio órgano
Predica Números 6,22-27
La bendición sacerdotal
22 El Señor habló a Moisés, diciendo: 23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: 24 El Señor te bendiga, y te guarde; 25 El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 26 El Señor alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. m 27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
¡Estimada comunidad!
Hay un proverbio alemán que dice: “An GOTTES Segen ist alles gelegen.” En castellano significa “De la bendición de DIOS depende todo.” Este dicho expresa una profunda realidad y verdad: todo lo que hacemos solo tiene valor, sustentabilidad y sentido si es bendecido de parte de DIOS. Así lo reconoce también el Salmista:
“Si el Señor no construye la casa, de nada sirve que trabajen los constructores.” (Salmo 127,1)
Una bendición es principalmente algo positiva, como muestra la etimología de la palabra. Es la composición de dos palabras en latín: “bene”, que dice bueno y “decire” que signifca decir. De allí viene nuestra palabra “bendecir”. Lo contrario es la maldición, “mal” – “decir”.
Dándonos su bendición, DIOS nos dice y desea algo bueno. Igual nos hace saber, si es bueno, lo que hacemos y que podemos contar con su apoyo y ayuda. Es por ende una manera de DIOS de actuar con el hombre y de asegurarle de Su benevolencia.
Si quisiéramos describir o expresar la bendición en otras palabras, podríamos decir: DIOS está conmigo o con nosotros. Exactamente esto dice la bendición aarónica, que acabamos de escuchar:
“El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer Su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia. Vuelva el Señor Su rostro sobre ti y te conceda la paz.”
Creo que todos conocemos estas palabras con las cuales terminan los cultos de la Iglesia.
DIOS mismo ordenó a Moisés, transmitir al pueblo de Israel esta bendición por medio del sacerdote Aarón. Entonces es DIOS quien dispone sobre la bendición, no el hombre; este es solo un instrumento en la mano divina. Como cristianos podemos intercambiar palabras y deseos de bendición, p.ej. para un cumpleaños, matrimonio confirmación o bautismo. Pero la bendición misma viene de DIOS mismo.
Cuando se nos da en al final del culto esta bendición, entonces esto no es solo un buen deseo, sino en primer lugar una promesa o consentimiento: DIOS nos promete, que quiere estar con nosotros en los días venideros; dice en realidad:
“No tengas miedo, pues yo estoy contigo, no temas pues yo soy tu DIOS. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa”(Iasias 41,10)
Eso significa estar bajo de bendición divina. Bendiciendonos, el Señor se dirige a cada individuo. Dice: te guarde, deja resplandecer su rostro a ti, promete su misericordia a ti, alce sobre ti su rostro y da a ti su paz. DIOS no olvida a nadie y yo puedo estar feliz y agradecido, que ÉL se dirige también a mí personalmente. Sin embargo yo mismo no debo olvidar, que soy parte de la colectividad entera de la comunidad eclesiástica, a la cual se dirige la bendición.
Las promesas de la bendición aaronita muestran el carácter de DIOS, Su actitud hacia a su pueblo y el poder de esta bendición. Es un DIOS bondadoso, que nos quiere proteger, que nos da su gracia y paz.
“… y te guarde.”
Ser protegido bajo la mano divina es una seguridad universal. Allí está la protección del mal. No es que el mal no nos toque ya, sino que no nos vence, que tengamos el ánimo y la fuerza de resistir en las adversidades de la vida. El Señor nos protege de que caigamos en desesperanza y de que perdamos la fe. Sin embargo ÉL quiere, que Le pidamos también que nos proteja y por su bendición ÉL dice:
“Si, lo hago, quiero protegerte y preservarte.” Sin embargo puede ser, que no siempre percibamos esto. Pero pensemos conscientemente una vez en nuestra vida anterior: cuantas veces el Señor nos ha dado protección y escudo. Cuantas veces estuvimos en situaciones desesperados y sin salida y de repente, quizás inesperadamente, DIOS nos mostró una salida de la calamidad.
“… y tenga de ti misericordia.”
La misericordia que el Señor nos concede, va mucho más allá de lo que entendemos normalmente con ella. La obra de Su misericordia es, que nos envió Su Hijo JESUCRISTO al mundo, para que el mundo no sea condenado, sino para que sea salvo por ÉL (Juan 31,17 sg.). Esta salvación del mundo por la obra redentora de CRISTO la llamamos “Gracia” y no la hemos merecido ni podemos ganarla. Solo DIOS nos puede salvar. La gracia de DIOS no es algo barato, que ÉL concede a todos, sino solo a los que la quieren, a los que ponen su confianza y fe en ÉL. Así podemos comprender la bendición también como un llamado a aceptar la gracia por la fe en ÉL que la nos conseguió: JESUCRISTO.
“… y ponga en ti paz”
Paz es algo, que todos anhelamos y es una gracia, que DIOS nos desea la paz en su bendición. Claro se refiere también a la paz entre nosotros; que no peleamos y que no hacemos guerra. Pero la paz, que DIOS nos concede es mucho más, es la paz, que obtenemos a través de CRISTO, que es la paz universal. ÉL dice
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14,27)
Es pues la paz, que tenemos con DIOS, una paz que nos da firmeza y esperanza también, -o sobre todo-, en las adversidades de la vida. La palabra hebreo “schalom” para paz, con que termina la bendición aaronita significa también “ser salvado”. Así el Señor nos desea y nos anima, que sigamos viviendo unidos con ÉL, dado que solo en la unión con ÉL somos salvos de los poderes oscuros y podremos entrar en Su Reino eterno.
Dos veces dice, que el Señor vuelva Su Rostro hacia nosotros (V25). Su rostro es la mirada del Todopoderoso hacia Su pueblo. ÉL no nos ignora. ÉL nos ve en todo, lo que hacemos, estamos y somos. La mirada divina al hombre es la mirada de la gracia, del amor y de la misericordia; es la luz, que brilla en la oscuridad y la ilumina. El Rostro levantado de DIOS no es algo por un momento, sino un estado permanente.
En la bendición aaronita se refleja el ser bondadoso y universal del DIOS omnipotente: como Padre promete a los suyos su compañía, y esta promesa cumplió por medio de Su Hijo JESUCRISTO y sigue cumpliéndola al haber enviado Su SANTO ESPIRITU.
Amen