Rev. Dr. Martín Lutero

El Santo Bautismo

Sacramentos  La Santa Cena Oficio de Llaves


EL SACRAMENTO DEL SANTO BAUTISMO

Como un jefe de familia debe enseñarlo en forma muy sencilla a los de su casa.

Primero

¿Qué es el Bautismo?

El Bautismo no es simple agua solamente, sino que es agua comprendida en el mandato divino y ligada con la Palabra de Dios.

¿Qué Palabra de Dios es ésta?

Es la Palabra que nuestro Señor Jesucristo dice en el último capítulo del Evangelio según San Mateo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo» (Mateo 28:18-20).

Segundo

¿Qué dones o beneficios confiere el bautismo?

El Bautismo obra perdón de los pecados, redime de la muerte y del mal y da la salvación eterna a todos los que lo reciben y creen, tal como se expresa en la Palabra y las promesas de Dios.

¿Qué palabras y promesas de Dios son éstas?

Son las que nuestro Señor Jesucristo dice en el último capítulo de Marcos: «El que crea y sea bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado» (Marcos 16:16).

Tercero

¿Cómo puede el agua hacer cosas tan grandes?

El agua en verdad no las hace, sino la Palabra de Dios que está con el agua y unida a ella, y la fe que confía en dicha Palabra de Dios ligada con el agua, porque sin la Palabra de Dios el agua es simple agua, y no es Bautismo; pero con la Palabra de Dios sí es Bautismo, es decir, es un agua de vida, llena de gracia, y un “lavamiento y renacimiento en el Espíritu Santo”, como San Pablo dice en Tito: «Cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres, no por las obras de justicia que habíamos realizado, sino solamente por su misericordia, Él nos salvó, haciéndonos renacer por el bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo. Y derramó abundantemente ese Espíritu sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador, a fin de que, justificados por su gracia, seamos en esperanza herederos de la Vida eterna» (Tito 3:4-7). Palabra fiel es ésta

Cuarto

¿Qué significa este bautizar con agua?

Significa que el viejo Adán en nosotros debe ser ahogado por pesar y arrepentimiento diarios, y que debe morir con todos sus pecados y malos deseos; asimismo, también cada día debe surgir y resucitar el hombre nuevo, que ha de vivir eternamente delante de Dios en justicia y pureza.

¿Dónde está escrito esto?

San Pablo dice en Romanos: «¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con Él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva. Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya, también nos identificaremos con Él en la resurrección. Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con Él, para que fuera destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del pecado. Porque el que está muerto, no debe nada al pecado. Pero si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él» (Romanos 6:3-8).

El Art. 9 de la Confesión de Augsburgo señala: «Enseñamos que el Bautismo es necesario para la salvación y que por el Bautismo se nos ofrece y da la gracia divina. Enseñamos también que se deben bautizar los niños y que por este Bautismo son ofrecidos a Dios y reciben la gracia de Dios».

A través del agua, en el Bautismo, Dios nos hace hijos suyos sólo por su amor infinito. En el Bautismo Dios nos promete el perdón de los pecados y la vida eterna por medio de la muerte y resurrección de Cristo. Todos los bautizados formamos la Iglesia de Cristo o “Comunión de los Santos”, ya que en el Bautismo somos hechos santos (todos por igual, sin existir nadie más “santo” que otro, todos consagrados al servicio de Dios). Es en el Bautismo que Dios nos da la fe por medio del Espíritu Santo. Luego esa fe será la que nos conduzca hacia la vida en Dios en la cual cada uno deberá fructificar. Como es Dios quien actúa en el Bautismo por medio de su promesa y su Espíritu, y no nosotros, la Iglesia bautiza desde la primera edad de los niños. Siguiendo las palabras de Jesús: “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan” (Mateo 19:14), creemos fundamental y necesario el bautizar a los niños y bebés, ya que de modo contrario, estaríamos negándoles la gracia de Dios que reciben a través del Bautismo. El Bautismo significa amor incondicional de Dios, que es independiente de cualquier mérito intelectual, moral o emocional por parte de los seres humanos. Jesús vino al mundo para que los hombres «tengan Vida y la tengan en abundancia» (Juan 10:10). Él nos dice que esa vida es una novedad tan radical, que para poseerla es preciso «nacer de nuevo». Sólo el que renace «de lo alto» por el «agua» del Bautismo y por la acción del «Espíritu» puede participar de la Vida de Dios (Juan: 3:3-5). El Espíritu Santo de Dios ha penetrado en cada cristiano por medio del Bautismo y sellado en él la promesa del perdón y Vida Eterna.

Sacramentos  La Santa Cena Oficio de Llaves