Preguntas Cristianas
Con sus respuestas formuladas por el Dr. Martín Lutero para los que quieren comulgar.
Después de la confesión e instrucción en los Diez Mandamientos, el Credo, el Padrenuestro, los Sacramentos del Santo Bautismo y la Santa Cena, el confesor preguntará, o uno a sí mismo:
¿Crees que eres pecador?
Sí, lo creo; soy pecador.
¿Cómo lo sabes?
Sé que soy pecador por que no he guardado los Diez Mandamientos, ni el Mandamiento del amor del Señor. Además, el Apóstol Pablo lo dice: «Todos han pecado y están privados de la gloria de Dios» (Romanos 3:23) y también: «Yo soy culpable desde que nací; pecador me concibió mi madre» (Salmo 7:6).
¿Sientes pesar por tus pecados?
Sí, siento mucho el haber pecado contra Dios y contra mis hermanos.
¿Qué mereciste de Dios por tus pecados?
Merecí la ira y el desagrado de Dios, muerte y condenación.
¿Esperas ser salvo?
Sí, es mi esperanza entrar en la Vida Eterna.
¿En quién confías para tu salvación?
Confío en mi amado Señor Jesucristo.
¿Quién es Cristo?
Cristo es el Hijo de Dios, verdadero Dios y verdadero hombre.
¿Cuántos dioses hay?
Hay un solo Dios; pero son tres personas: el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo.
¿Qué ha hecho Cristo por ti para que confíes en Él?
Cristo murió por mí, derramando su sangre en la cruz para la remisión de mis pecados.
¿El Padre también murió por ti?
No; el Padre es Dios solamente, el Espíritu Santo también. Mas el Hijo es verdadero Dios y verdadero hombre: Él murió por mí y derramó su sangre para el perdón de mis pecados.
¿Cómo lo sabes?
Lo sé por el santo Evangelio y por las palabras del Sacramento, y por su cuerpo y su sangre recibo en la Santa Cena del Señor.
¿Crees, pues, que en la Santa Cena está el verdadero cuerpo y sangre de Cristo?
Sí, lo creo.
¿Qué te hace creerlo?
Lo creo por las palabra de Cristo: «Tomen y coman: este es mi cuerpo que por ustedes es dado» y «Tomen y beban todos de ella: esta es mi sangre derramada por ustedes».
¿Por qué debemos pensar en la muerte de Cristo y anunciarla?
Debemos aprender a creer que ninguna criatura ha podido expiar nuestros pecados, sino Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre; y debemos aprender también a considerar con temor nuestros pecados y conocerlos en verdad como graves, y regocijarnos y consolarnos sólo en Él, y por esta fe ser salvos en la gracia y misericordia de Dios.
¿Qué llevó a Cristo a morir por tus pecados y expiarlos?
Cristo murió por mí movido por su gran amor para con su Padre, para conmigo y los demás pecadores, como está escrito: «No hay amor más grande que dar la vida por los amigos» (Juan 15:13); «la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores» (Romanos 5:8); «ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí: la vida que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí» (Gálatas 2:20); «practiquen el amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio agradable a Dios» (Efesios 5:2).
En fin, ¿por qué deseas comulgar?
En la Santa Cena quiero aprender a creer que Cristo murió por mis pecados, por el gran amor que me tiene, y quiero aprender también de Él a amar a Dios y a mi prójimo, siendo fortalecido en la fe y en la vida en Comunidad.