El Calendario Ecuménico
En cada culto se lee y se predica sobre las lecturas que propone el Calendario Eclesiástico Ecuménico, manual que reúne las lecciones que corresponden a cada domingo o fiesta en particular. Este calendario es de 3 años, es decir, cada 3 años se van repitiendo los ciclos de lecturas. Durante esos 3 años eclesiásticos, se lee casi toda la Biblia en el culto. Al completar los 3 años, se comenzará otro ciclo desde el comienzo (en el 1er Domingo de Adviento). Cada ciclo de 3 años contempla las lecturas bíblicas desde la perspectiva de los Evangelios Sinópticos: un año leemos a Mateo (Ciclo A); un año leemos a Marcos (Ciclo B); y un año leemos a Lucas (Ciclo C); el Evangelio de Juan se va introduciendo durante los 3 ciclos en vez del Evangelio base. Es fácil darse cuenta que este Calendario, el cual sigue la gran mayoría de las iglesias cristianas históricas (tanto Católicos como Protestantes), está centrado en el Evangelio, como fuente y base de la predicación. Las otras lecturas servirán de contexto, apoyo e interpretación del Evangelio.
- Ciclo A: Evangelio de Mateo + Evangelio de Juan
- Ciclo B: Evangelio de Marcos + Evangelio de Juan
- Ciclo C: Evangelio de Lucas + Evangelio de Juan
Si se pone atención en las lecturas dominicales del culto, se podrá saber en qué ciclo está la Iglesia. La misma atención nos hará ver que para cada celebración hay 3 lecturas y un salmo:
- Canto o Lectura de un Salmo (del libro de los Salmos)
- Lectura del libro histórico (Antiguo Testamento + Hechos)
- Lectura de una Carta apostólica (cartas de Pablo, Pedro, Juan, etc.)
- Lectura del Evangelio (Mateo, Marcos, Lucas y Juan).
Estas lecturas bíblicas nos ayudan, en complemento, a integrarnos a toda la historia de Dios con su pueblo desde la obra de Cristo en el Evangelio (Solo Cristo). Así, escuchamos las oraciones de los Salmos, las historias heroicas y proféticas de los libros del Antiguo Testamento, la doctrina y experiencias de fe de las Cartas Apostólicas, y por último, la grandeza y el amor pleno de Dios en el Evangelio de nuestro Señor, que es la razón por la cual estamos todos reunidos alabando y reconociendo la presencia de Dios en nuestras vidas, que es lo que predicamos cada culto (Solo Gracia).
Si tomamos en cuenta que las comunidades están en constante cambio, es importante, como iglesia bíblica que somos (Solo Escritura), que se predique la Palabra de Dios más de una vez, y en lo posible, con distintas interpretaciones a la luz de la actualidad y de la realidad comunitaria; siendo lo esencial que a través de la Palabra recibamos la fe y confianza en Dios que necesitamos para vivir nuestras vidas acorde a esa fe y caminemos juntos con Cristo hasta la vida eterna (Solo Fe). De aquí que no existe problema alguno en volver a leer las lecturas cada 3 años, ya que cada momento con la Palabra de Dios y la comunidad reunida es una experiencia nueva y transformadora. Es por esto que la predicación y la vida comunitaria son una rica experiencia de fe, siempre renovándose y actualizándose.