Doctrina Luterana


Una iglesia “luterana” quiere ser una institución y comunidad cristiana cuya vive y proclama el mensaje de Cristo en aplicación de las ideas y interpretaciones de la fe cristiana del teólogo Martin Lutero. Lutero no nos dejó una sistematica o un resumen de sus ideas escrito por el. Todos sus escrituras fueron creados en ciertos ocasiones. Pero la expresión de sus ideas fue tan claro y profundo y la influencia de sus obras y de su actividad fue tan fuerte que se pueden abstraer ciertas ideas fundamentales.

Los siguientes principios y términos dan un posible resumen de lo que constituye la fe cristiana en el entendimiento luterano.

Solus Christus (sólo Cristo)

El único fundamento de toda la iglesia, de su fe y de la fe de cada uno de los cristianos es Cristo y solamente Cristo. Como señala el apóstol Pablo: “Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, que es Jesucristo” (1Corintios 3:11).

Dios se acercó al mundo y al hombre en Cristo. Sólo en Cristo podemos conocer el infinito amor de Dios. El entregó la vida de su hijo sin pecado en la cruz para compartir con la condición humana, con nuestra debilidad, nuestra mortalidad y nuestra pecaminosidad y con este acto nos libera de la muerte, de nuestros fracasos y abre el camino a la resurrección y a la vida eterna.

Por eso sabemos que el único mediador entre Dios y nosotros es el mismo Dios en Jesucristo. Siendo así no se puede aceptar ningún tipo de mediación o mediador entre Dios y los seres humanos que no sea Cristo. (Como por ejemplo instituciones, Santos o la idea de una revelación divina en otros humanos.) “Hay solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los seres humanos: Jesucristo, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (1Timoteo 2:5-6).

Eso significa además que la consciencia del individuo debe rendir cuentas sólo ante Dios y no ante seres humanos, por lo cual Jesucristo es el único intermediario entre Dios y el ser humano. “No se dejen esclavizar por nadie con la vacuidad de una engañosa filosofía, inspirada en tradiciones puramente humanas y en los elementos del mundo, y no en Cristo” (Colosenses 2,8)

Sola Gratia (sólo la gracia)

El hombre se encuentra en condiciones en que el si mismo no se puede liberar de su estado pecaminoso. El hombre siempre fracasa, tiene que enfrentar condiciones que le complican la vida, sea por equivocarse en la vida cotidiana, por ser egoísta, por tener malos pensamientos, por no tener la fuerza y la ganas de cambiar estructuras injustas o por estar en situaciones de dilema etc. Lutero describió esta constitución también con el termino “incurvatus in se ipsum” “encorvado en su mismo” explicando que ser pecado se contiene en la imposibilidad de excederse y estar completamente sin egoísmo. Este estado de fracaso también nos aleja de Dios que nos da la vida. Como es imposible de librarse de esto dependemos completamente de la gracias de Dios.

Pero Dios nos ama igual incondicionalmente y nos acepta como sus hijos aunque fracasamos en la vida y ante el. El nos perdona por misericordia y gracia pura, por la muerte vicaria de Cristo en la cruz (vicario significa “en lugar de”). Este es un regalo que, a menudo, nos cuesta aceptar precisamente por ser gratuito.

No podemos hacer nosotros mismos la fe. No es producida por la voluntad humana. La fe es dada y obrada completamente por Dios. Aunque hay medios en cuales tenemos una parte activa: bautizamos, leemos la biblia y proclamamos la palabra de Dios y podemos fortalecer la fe cuando compartimos la Santa Cena, no son estos medios que obran la fe, el Espíritu Santo obra esta fe por estos medios. (Para conseguir esta fe, Dios ha instituido el oficio de la predicación, es decir, ha dado el evangelio y  los scramentos. Por mdio de éstos, como por insttrumentos, él otorgo el Espíritu Santo, quien obra la fe, donde y cuando le place, en quienes oyen el evangelio. La confesión de Augsburgo art. V) Lutero negaba radicalmente la idea de una participación humana porque así no pudiese ser posible que el hombre se abre 100% por Dios, siguiendo tiendo dudas que le falta para conseguir la gracia y la atención de Dios.

Sola scriptura (sólo las escrituras)

La única fuente de revelación son los Escritos Canónicos de las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento. Nos referimos a escritos canónicos como todos los escritos bíblicos que están dentro del Canon. Antiguamente se usaba la palabra griega kanoon para referirse a los libros separados por su autoridad reconocida. La palabra Canon quiere decir «lista», «norma» o «regla». Por eso, hasta hoy, se habla de libros canónicos para indicar el conjunto de libros y escritos que forman en AT y NT. Los libros canónicos son la Norma de Fe y de vida del pueblo de Dios; así lo son también para nosotros hoy, que somos parte del Pueblo de Dios, la Iglesia. Los llamados libros “deutero-canónicos” son aquellos que la iglesia canonizó (autorizó) después, y que están en las Biblias católico-romanas. Lutero los puso como apéndice en su traducción de su Biblia al alemán, señalando que son “provechosos para la lectura, pero no deben ser utilizados como norma de fe”.

El mensaje Bíblico constituye la única norma para la enseñanza y vida de la Iglesia, ya que creemos es testimonio original de Cristo: «Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para discutir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que cada hijo de Dios sea bueno y esté preparado para hacer siempre el bien» (2ª Timoteo 3:16-17). Todo lo que enseñamos, proclamamos, predicamos y explicamos en otros escritos debe tener el mensaje bíblico como base y fundamento. De aquí que los cristianos luteranos creemos en que no hay otro libro ni documento que sea revelación de Dios, inspirada por el Espíritu Santo, a parte de la Biblia. «Ninguna profecía ha sido anunciada por voluntad humana, sino que los hombres han hablado de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo» (2ª Pedro 1:21).

Los escritos como la Confesión de Augsburgo, los escritos de Lutero y de otros teólogos, no son Palabra de Dios, sino una interpretación útil de ésta, la cual se puede discutir, criticar o aceptar. «Jesús realizó muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro [el Evangelio]. Pero éstos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre» (Juan 20:30-31).

La biblia es la norma fundamental que lleva y mantiene el testigo de la revelación de Dios. Su mensaje es inspirado por Dios. Pero la forma escrita de la bibla viene en segundo lugar y es formado por el contexto mundano. Por eso hay que interpretar la biblia y adaptar su mensaje de revelación en la realidad de la vida hoy. Por eso es importante estudiar el contexto historico en que fueron escritos los textos biblicos. Para Lutero la clave fundamental de interpretación era el mensaje de Jesucristo expresado en la formula “was Christum treibet” (“que lleva Cristo”). Cristo es el “centro” (Mitte) de la escritura.

La iglesia

Cuando hablamos de la iglesia nos podemos referir a cosas distintas. Puede ser la iglesia visible el edificio, una organización concreta, la institución que administra la proclamación del evangelio y los sacramentos pero también se refiere a la iglesia invisible la comunidad de todos los cristianos. La iglesia como institutión incluye todos que manifiestan miembros de ella y que participan en ella. Puede ser que es creyente por el evangelio de Cristo o no. La iglesia invisible se refiere a los cristianos que son creyentes verdaderos sea que participan y son miembros de una iglesia o no. Nosotros como somos humanos no somos capaz de juzgar quién es creyente verdadero y quién no.

Para que la palabra de Dios sea proclamada y difundida y los sacramentos sean administrado se necesita una estructura y una organización. Por eso es importante mantener la iglesia visible, la institución, organización y los edificios con todas sus estructuras visibles.

La palabra y los sacramentos

Escuchar, estudiar y reflexionar la palabra de Dios nos hace conocer y recordar la gracia de Dios.

Para Lutero el contenido de la biblia y de la teología incluye 1) el evangelio de Cristo que proclama el amor de Dios y la salvación del hombre y 2) la ley. Lutero conoce dos sentidos de la ley. El “usus politicus”, el uso politico que es necesario para mantener un cierto orden en la comunidad y organizar el vivir junto. Y el “usus theologicus o elenchticus” el uso teologíco o el uso que declara culpable. La ley como la ley del Antiguo Testamento demanda algo del hombre que es imposible. No puede cumplir la ley completamente y por eso la ley le demuestra que fracasa y que es pecador. Este efecto de la ley hace verle que no depende todo su destino de su actuar sino de Dios y Dios acepta el humano en su misericordia incondicionalmente. ¿Qué, pues, diremos? ¿La Ley es pecado? ¡De ninguna manera! Pero yo no conocí el pecado sino por la Ley; y tampoco conocería la codicia, si la Ley no dijera: “No codiciarás”. (Romanos 7,7)

Los sacramentos son formas visibles de la gracia de Dios y encienden y renuevan en nosotros la fe en su misericoridia y su promesa salvación. Según Luterano hay solo dos sacramentos: el bautismo y la santa cena. Sólo estos dos ritos fueron instituidos por Jesús y sabemos por la biblia que el lo practicó o mandó a practicarlos. Y sólo en el bautismo y la santa cena remiten elementos visibles (agua, pan y vino) la realidad divina de la gracia proclamado por las palabras dichas en el acto.

En los sacramentos no sólo actúa el titular en cargo que mueve lo que es visible. Actua Dios también quien obra por el Espíritu Santo la fe y su fortalecimiento. Por eso no depende la efíciencia del sacramento de la dignidad del titular de cargo.

La celebración de la santa cena no es sólo simbolica que hace recordar a Jesucristo y la promesa de Dios. (Así entiende la iglesia reformista la Santa Cena y define pan y vino como algo simbólico.) En el momento en que compartimos la santa cena Jesús está presente en pan y en vino fortalezando nuestra la fe por el Espíritu Santo (presencia real de Jesucristo).

El bautismo se entiende como rito inicial. Cada persona recibe la promesa de la gracia de Dios en este acto. No es solo una respuesta humana que confirma su fe. Por eso bautizamos también bebes y niños aunque todavía no tienen una conciencia completa sobre la fe.

Ética

Lutero no disminuyó la importancia de la ética. Destacó que la actitud de hacer buenas obras no depende solamente de la voluntad humana. La actitud actuar en amor al prójimo, dejar el egoísmo y tratar de mejorar las condiciones del vivir junto en el mundo nace por el sentimiento de alivio que surge por la experiencia de la gracia de Dios. La gracia de Dios no nos obliga de hacer buenas obras. La gracias de Dios nos libera y entusiasma a actuar en amor. Entonces, llamándolo su señor, le dijo: “Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?”. (Mateo 18,32-33)

 

Fuentes:
ILV – Iglesia Luterana en Valparaíso www.iluterana.cl
Leonardt Rochus, Grundinformation Dogmatik, Göttingen 2008.