(Quienes quieren cantar la liturgia encuentran el texto en esta guía.)
Pra. Hanna Schramm comunidad luterana en Santiago.
Inicio:
En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Nuestra ayuda está en el Señor, quien hizo los cielos y la tierra.
Amen
“Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni apartó de mí su misericordia.” Así nos dice el Salmista en Salmo 68,20 y nos alienta ser francos ante Dios en todo lo que le decimos. “Rogate” se llama el domingo hoy: “Ruegan, pidan.” A esto nos invita Dios en la oración. Sobre su necesidad y sentido reflexionamos hoy.
Salmo 95,1-7a
1 ¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva!
2 ¡Lleguemos hasta él dándole gracias, aclamemos con música al Señor!
3 Porque el Señor es un Dios grande, el soberano de todos los dioses:
4 en su mano están los abismos de la tierra, y son suyas las cumbres de las montañas;
5 suyo es el mar, porque él lo hizo, y la tierra firme, que formaron sus manos.
6 ¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó!
7 Porque él es nuestro Dios.
Liturgia de entrada
Gloria Patri
Gloria sea la padre y al hijo y al Espíritu Santo. Como era al principio es ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen
Momento de confesión
Dios, he pecado en pensamiento, palabras y obras. Te encomiendo mis errores y los daños que he producido. – Silencio –
Kyrie
Señor ten piedad de nosotros – Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros – Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros – Señor, ten piedad de nosotros.
Gloria
Gloria a Dios en las alturas. – Y en la tierra paz y a los hombres buena voluntad.
A Dios dad gracias y dad honor y gloria en las alturas. Pues sabio y grande protector bendice a sus criaturas con fuerza y buena voluntad, remedia la necesidad y alivia las tristuras.
Oración del día
Bondadoso Dios,
Te doy gracias, pues tú eres mi refugio que siempre puedo recurrir. Enséñame a orar, de manera que espero siempre tu ayuda, por tu amado hijo Jesucristo, nuestro Señor, quien vive y reina contigo y con el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amen
Lectura Éxodo 32,7-14 (traducción Dios habla hoy)
7 Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder. 8 Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando y presentándole ofrendas; y dicen: “¡Israel, éste es tu dios, que te sacó de Egipto!”
9 Además, el Señor le dijo a Moisés:
—Me he fijado en esta gente, y me he dado cuenta de que son muy tercos. 10 ¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de enojo y voy a acabar con ellos! Pero de ti voy a hacer una gran nación.
11 Moisés, sin embargo, trató de calmar al Señor su Dios con estas palabras:
—Señor, ¿por qué vas a arder de enojo contra tu pueblo, el que tú mismo sacaste de Egipto con gran despliegue de poder? 12 ¿Cómo vas a dejar que digan los egipcios: “Dios los sacó con la mala intención de matarlos en las montañas, para borrarlos de la superficie de la tierra”? Deja ya de arder de enojo; renuncia a la idea de hacer daño a tu pueblo. 13 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: “Haré que los descendientes de ustedes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y toda esta tierra que les he prometido a ustedes se la daré como su herencia para siempre.”
14 El Señor renunció a la idea que había expresado de hacer daño a su pueblo.
Alabado seas tu oh Jesucristo – Aleluya
Credo
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra del Espíritu Santo; nació de la virgen María; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo; la santa Iglesia Cristiana, la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne; y la vida eterna. Amén.
Canción Rogamos al Buen consolador
(Audio de Patricia Rodriguez)
1. Rogamos al buen Consolador nos conceda gracia, fe y fervor;
El nos dé su ayuda, su mano fuerte Nos ampare en la angustia y la muerte.
Ten piedad, piedad, Señor.
2. ¡Lucero de gracia, divina luz, Guíanos hacia el Señor Jesús!
Haz que en El quedemos en todo día, hasta entrar en Su Edén de alegría.
Ten piedad, piedad, Señor.
3. Amor sin par, danos tu favor, llénanos de fervoroso amor,
Para que hermanado Tu pueblo entero marche en paz por el mismo sendero.
Ten piedad, piedad, Señor.
4. Consuelo fiel, poderoso Dios, de maldad y afrentas líbranos.
Contra el enemigo cruel y malvado, sé por siempre, nuestro fuerte abogado.
Ten piedad, piedad, Señor.
Prédica
0. Texto de Prédica Mateo 6,5-15 (Traducción: El libro del Pueblo de Dios)
5 Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. 6 Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 7 Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. 8 No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
9 Ustedes oren de esta manera:
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
10 que venga tu Reino,
que se haga tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
11 Danos hoy nuestro pan de cada día.
12 Perdona nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos
a los que nos han ofendido.
13 No nos dejes caer en la tentación,
sino líbranos del mal.
14 Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. 15 Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.
I.
“Pídele a Dios, te hace falta orar” le dijeron.
Pero ella ya no tiene palabras, no sabe qué decir, su boca está seca, su lengua muda. Su cabeza vacía. El corazón una piedra. Su rabia fría como cenizas. Su confianza en este Dios un hilo descastado que se rompe en cualquier momento, la esperanza apagada.
“¿Qué puedo decir a Dios?”
Así es. ¿Qué puede decir a Dios? A veces no hay palabras para lo que estamos viviendo, viendo, experimentando. No comprendemos el sentido de muertes repentinas, de deseos nunca cumplidos, injusticias, abusos, aprovechamiento. Nos duele cuando se rompen relaciones, cuando proyectos fracasan, cuando no logramos conectar con otras personas.
Menos logramos encontrar palabras para los grandes sufrimientos, accidentes, catástrofes naturales, matanzas, tortura.
II.
“Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando oren, no hablen mucho.”
Jesús no espera muchas palabras. Sabe muy bien que hay situaciones que nos dejan atónitos.
Por esto nos invita a un encuentro personal e íntimo con Dios. Cuando estás sola o solo no hay nadie que juzga tu postura, tu mirada, tus palabras o tu silencio. De vez en pedir o agradecer puedes fijarte en lo que sientes: ¿Cansancio? ¿Miedo? ¿Angustia? ¿Decepción? ¿Rabia?, ¿Inseguridad? ¿Agotamiento? ¿Vacío? ¿Anhelas algo o extrañas a alguien?
Puedes contar a Dios lo que sientes, lo que te pasa, lo que te preocupa. En este momento íntimo eres libre. Las palabras no importan, solo necesitas ser sincero y abrir tu mente.
Y cuando derramas tu corazón, te das cuenta de lo que necesitas y lo que quieres pedir a Dios. También percibes lo que ya tienes y puedes agradecer. En este proceso de apertura descubres en qué estás y comprendes un poco el sentido de tu vida. Adquieres una noción sobre qué hace bien y qué hace mal a ti y a otros.
Dios no necesita que oras a Él. Como dice Jesús, ya sabe lo que está en tu corazón. Somos nosotros quienes necesitamos a Dios, la fuente de nuestra vida.
Llegamos a tener este encuentro, cuando nos detenemos, cuando hacemos una pausa en nuestra vida diaria, tareas y responsabilidades, cuando dejamos de lado todo para concentrarnos en este encuentro cara a cara con Dios.
III.
Sí, Jesús entiende la oración como un momento personal e íntimo, como un momento de autoconciencia y autocuidado, un tiempo para uno mismo, un tiempo de descanso que todos necesitamos. Pero no la entiende como un acto netamente solitario y tampoco egocéntrico.
Las famosas palabras que recomienda orar, son formuladas en plural:
Padre NUESTRO, la fuente de vida a la cual oramos es el Dios, creador de todo. Ama no solo a mí, también a mi vecino y a todo ser que vive en la tierra.
Jesús espera que cuando oras, no dejas de lado tu prójimo/a y que tus sentimientos y deseos no lleven hacia un daño a los demás, sino incluyan su bienestar. En la oración deberíamos expresar también las cosas que tienen que ver con nuestros prójimos, nuestras relaciones y nuestras preocupaciones con y por ellos.
Así en esta oración pido el pan para nosotros, alimento para todos, y pido liberación del mal no solo para para mí, sino NOSOTROS y busco el perdón de NUESTRAS deudas y me comprometo perdonar los diversos deudores.
El Padre Nuestro es una oración inclusiva, comunitaria y ecuménica. Esto no solo por la redacción, también porque es el texto más recitado en los encuentros de todas las confesiones cristianas. El Padre Nuestro lo puedo rezar con mis hermanas y hermanos de la comunidad, pero también con un católico, anglicano, bautista, copto o metodista. Los creyentes de todos los corrientes del cristianismo lo saben de memoria.
Así la oración es un acto personal, individual, pero también comunitario y de conexión. Y la necesitamos practicar, cada uno para sí mismo, pero también en relación con el otro.
IV.
Las palabras del Padre Nuestro no solo son inclusivas por la primera persona plural, también porque tocan aspectos esenciales de la vida que competen a todos: la alimentación – las necesidades básicas físicas, la justicia en las relaciones humanas, nuestro anhelo de estar bien, nuestro deseo de ser perdonado y restaurado.
En estos momentos, cuando no tengo palabras, puedo moverlas en mi boca, porque engloban todos los anhelos y necesidades personales que buscan ser expresados dentro de mí. Diciendo estas palabras descubro los asuntos específicos que me afligen y tal vez logro, a partir de ellas, formular mis propias palabras.
Y si no logro decir o pensar nada, me quedo con ellas, pues son un salvavidas seguro, siempre disponible en mi memoria y conexión directa con Él que me ama tanto, Dios, Jesús.
Y la paz que sobrepuja nuestro entendimiento guarde nuestras mentes y nuestros corazones en Cristo Jesús. Amen
Canción CC 207,1-2
https://www.youtube.com/watch?v=vdirUoxwOBU (Aus tiefer Not schreih ich zu dir en alemán, pero es la misma melodia)
1. Con ansia clamo ¡oh Santo Dios! Yo desde lo profundo. Confiado elevo a Ti mi voz, perdido en este mundo. No mires más mi gran maldad ¡Perdón, Señor, oh ten piedad ¡Dios mío, no te tardes!
2. Espera mi alma en Jehová, pues Él, con su cariño, al afligido paz dará cual tierna padre al niño. Su fiel promesa de ayudar. ¡Oh Dios!, me inspira a siempre orar: ¡Dios mío, no te tardes!
O
Canción Bendigo al Señor (Taizé)
Bendigo al Señor, porque escucha mi voz. El Señor es mi fuerza. Confía mi corazón.
Oración y Padre Nuestro
Amoroso Dios, te damos gracias que podemos orar ante ti en libertad. Podemos confiarte lo más íntimo de nuestro ser. Sabemos que tú escuchas sin prejuicios y reproches.
Tú sabes que a veces quedamos mudos y no hay nada que podemos decirte.
Abre nuestros corazones y alimenta nuestra confianza en ti.
Tú sabes que estamos sacudidos y preocupados por la enfermedad del coronavirus. Limita y ha cambiado nuestras vidas.
Tememos enfermarnos. Tememos por nuestros seres queridos.
Tememos también las consecuencias económicas que trae consigo. Muchas personas están perdiendo ingresos y trabajos, emprendimientos por los cuales han luchado por años. Muchos ven su futuro incierto y no saben cómo seguir los próximos meses.
Te pedimos, inspira y guía nuestros caminos.
Te pedimos por quienes trabajan en el ámbito de la salud, cuidando y salvando vidas y arriesgando su propia vida.
Te pedimos que seamos solidarios y pacientes en la cuarenta. Que tengamos consciencia que quedarnos en casa es para el bienestar de todos. Te pedimos que nadie se aprovecha de forma dañina de esta situación.
Te pedimos por quienes están abandonados y por quienes se sienten solos.
También te pedimos por quienes no tienen ánimo.
Inspíranos a probar cosas nuevas y cobrar ánimo.
También te pedimos por quienes lloran por la pérdida de un ser querido. Deles paz y consuelo.
Se puede expresar más peticiones o describir libremente diversas aflicciones.
Todo lo que nos preocupa podemos dejar ante Dios con las palabras que Jesús nos dejó:
Padre Nuestro, que estás en el cielo.
Santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, así en la tierra como en el cielo.
El pan de cada día dánoslo hoy.
Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.
No nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos. Amen
Bendición
El Señor te bendiga y te guarde. El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y te tenga misericordia.
El Señor vuelva su rostro ante ti y te conceda la paz. Amen
Canción 583 De boca y corazón
(Audio de Patricia Rodriguez)
1. De boca y corazón load al Dios del cielo; pues dionos bendición, salud, paz y consuelo.
Tan sólo a su bondad debemos nuestro ser; su santa voluntad nos guía por doquier.
2. Oh, Padre celestial, ven, danos este día un corazón filial y lleno de alegría.
Consérvenos la paz tu brazo protector; deseamos ver tu faz en comunión Señor.
3. Dios Padre, Creador, con gozo te adoramos. Dios, Hijo, Redentor, tu salvación cantamos.
Dios santificador, te honramos en verdad. Te ensalza nuestra voz, bendita Trinidad.