El culto familiar es un espacio de verdadera comunión cristiana con nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo. Antes de que existieran las iglesias y templos, los primeros cristianos se reunían en casas, en pequeños grupos, a celebrar el culto. Hoy debido a circunstancias especiales impuestas por la Pandemia que vivimos, hemos retomado esta práctica. Invitamos a celebrar este culto en casa con nuestras familias y/o cercanos, preparando un espacio especial para este momento. Recomendamos que, en la medida de lo posible, puedan celebrar este culto con algunos símbolos litúrgicos como una vela y una cruz. Así mismo, es conveniente designar a un miembro del grupo que pueda guiar el desarrollo litúrgico, o repartirse previamente las funciones.
Por: Pablo Catrileo,Teologo
Invocación: Nos reunimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y confesamos que nuestra ayuda está en el nombre del Señor, quien hizo los cielos y la tierra. Amén.
Oración inicial: Los invito a que preparemos nuestros corazones y mentes para el día de hoy, orando y confesando nuestra situación al Señor, conscientes que de él brotan constantes el amor, el perdón y la misericordia. Como ayuda para nuestra oración, escuchemos las palabras del salmo 119, versículos 1-4
“Dichosos los que caminan rectamente, los que proceden en la ley del Señor
Dichosos los que guardan sus mandamientos, los que lo buscan de todo corazón
Los que sin cometer iniquidad, andan en sus caminos
Oh Señor, tu promulgaste tus ordenanzas, para que sean guardadas cabalmente
¡Ojalá mis caminos estén firmes para poder guardar tus mandamientos!”
(momento de silencio y oración personal)
Bondadoso Dios: nos dirigimos a ti en este día con nuestro corazón humilde y abierto a tu misericordia. Sabemos que no siempre caminamos por tus caminos, que no te amamos a ti y a nuestro prójimo con todo nuestro corazón y fuerza. Te damos gracias por tus mandamientos y por tu palabra, y te pedimos que nos ayudes a seguirlos, sabiendo que por nuestras propias fuerzas no podemos, pero que con Jesús, tu hijo, hermano y Señor nuestro, que nos acompaña y levanta cuando caemos, podemos seguir adelante. Amén.
Himno: De boca y corazón (583 Libro de Liturgia y Canto)
De boca y corazón load al Dios del cielo; pues dionos bendición, salud, paz y consuelo.
Tan sólo a su bondad debemos nuestro ser; su santa voluntad nos guía por doquier.
Oh, Padre celestial, ven, danos este día un corazón filial y lleno de alegría.
Consérvenos la paz tu brazo protector; deseamos ver tu faz en comunión Señor.
Dios Padre, Creador, con gozo te adoramos. Dios, Hijo, Redentor, tu salvación cantamos.
Dios santificador, te honramos en verdad. Te ensalza nuestra voz, bendita Trinidad.
Lectura del texto de prédica: Escuchemos el texto para el día de hoy, que se encuentra en el Evangelio de Marcos, capitulo 2, versículos 23 al 28
“Un sábado en que Jesús cruzaba por los sembrados, sus discípulos comenzaron a abrir el camino arrancando espigas. Los fariseos que vieron esta situación le dijeron: Mira ¿Por qué hacen en el sábado lo que no esta permitido? Jesús les respondió: ¿Nunca han leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad? Que cuando el y sus acompañantes tuvieron hambre, entro en la casa de Dios, en tiempos del sumo sacerdote Abiatar, y comió los panes de la presencia, que solo los sacerdotes pueden comer lícitamente. Y que también le dio de esos panes a sus acompañantes. Y añadió Jesús: El sábado ha sido instituido para el hombre, y no el hombre para el sábado. De suerte que el Hijo del hombre es también señor del sábado.
Reflexión
¡Dichosos los que guardan los mandamientos del Señor, los que lo buscan de todo su corazón! Así nos decía el salmo del día, y que nos muestra la centralidad que deben tener en nuestra vida los mandamientos de Dios. Sin embargo, unos momentos después hemos escuchado como Jesús y sus discípulos rompen literalmente uno de los mandamientos más sagrados ¿Acaso se está contradiciendo la Biblia?
Los mandamientos divinos, que en su gran mayoría (no todos) los encontramos en el Antiguo Testamento, son reflejo de la comunicación de Dios con su pueblo elegido. Hay muchos, aunque probablemente nosotros conocemos los clásicos 10 mandamientos. Este decálogo dado en el monte Sinaí es uno de los puntos centrales de la Alianza divina y por eso es por lo que los israelitas los observaban con especial piedad. No eran solamente unas leyes escritas, sino que representaban la comunicación, la palabra de Dios hacia ellos, y que los constituía como su pueblo elegido. Por lo tanto, cumplir los mandamientos poseía no solo una dimensión legal, sino que también era parte clave de la vida de un judío que se considerará piadoso, ya que por medio del cumplimiento de estos mandatos, se ponía en práctica una de las leyes fundamentales: Amar a Dios con todo el corazón y con todas las fuerzas. De ahí el énfasis del Salmo: Buscar y guardar los mandamientos produce dicha en el corazón.
Por eso es tan fuerte la escena que el Evangelio nos relata, ya que Jesús y sus discípulos, el sábado, día sagrado de reposo, instituido por el mismo Dios desde la creación, arrancan espigas para limpiar el camino por donde van, lo cual en la práctica, representa trabajar, no reposar, y por lo tanto, desde una interpretación literal, sería incumplir la ley, algo impropio para Jesús, considerado un Rabí (maestro de la ley). ¿Cómo podemos entender esta situación?
La relación entre Jesús y la ley no es algo fácil de entender en la Biblia, ya que por un lado Jesús mismo pareciera romper la ley en este y otros episodios; pero por otro lado el mismo afirma que no ha venido a romper la ley sino a darle pleno cumplimiento, incluso diciendo: cielos y tierras pasaran antes de que se cambie una sola letra de la ley. Entonces, ¿Cómo podríamos decir que Jesús cumple y respeta la ley, sí el mismo y sus discípulos la han roto? Es ahí cuando la enseñanza de Jesús nos muestra su mayor fortaleza: enseña con palabras sencillas y ejemplos claros, que llegan al entendimiento y el corazón de todos, no solo los otros maestros y expertos en la ley, sino de todos, en especial los sencillos de corazón: “¿Acaso no recuerdan cuando David tenía hambre y tomo los panes del altar, que solo pueden comer los sacerdotes?” Este ejemplo no es trivial: Por un lado David es el rey más grande que Israel tuvo, en quienes se basaban las esperanzas del pueblo, ya que esperan que volviera “El hijo de David” a salvarlos y reinar. Y por otro lado, los panes del altar eran sagrados, y la ley era muy clara sobre quienes podían tomarlos: solo los sacerdotes y sus hijos. Y cómo David no era sacerdote, había, en principio, violado la ley.
¿Por qué es tan importante el ejemplo que Jesús narra como respuesta? La ley y los mandamientos están hechos para ayudar al ser humano, no para ser un obstáculo en su vida u oprimirlo. Si se necesita caminar y hay obstáculos, estos obstáculos deben ser arrancados para avanzar. Si la gente tiene hambre y solo hay pan sagrado, que en principio no se puede comer, es legítimo comerlo, pues el pan es vital para la vida. Y así siguiendo la experiencia de Jesús, abundan los relatos en donde nos muestran estos dilemas éticos y legales. Y en ellos podemos ver claramente que Jesús busca ayudar y salvar la vida de las personas, aunque eso a veces le significó romper la ley, y ganarse el odio y la molestia de quienes decían cumplir “literalmente la ley”. Por eso finalmente Jesús dice: La ley está hecha para el ser humano, no el ser humano para la ley. La ley es instrumento para la plenitud de la persona, no al revés.
¿Nos pueden ayudar estas palabras en los días que estamos viviendo como sociedad? Creo que la respuesta es evidente, en especial hoy, día que como ciudadanos y ciudadanas estamos invitados a votar en un referéndum sobre la Constitución, la ley fundamental de la República. Las últimas semanas hemos visto como la situación se ha polarizado y las posiciones se vuelven muchas veces irreconciliables. Y más allá de nuestras legitimas posturas frente a esta elección, el Evangelio de hoy nos muestra como la ley es un instrumento, no el fin ultimo de nuestras vidas. Claramente la ley tiene una utilidad positiva, de ahí que Jesús mismo insista en que ha vino a cumplir y darle plenitud a la ley, no a derogarla. Pero también el texto nos invita a mirar más allá de la ley. Nos invita a mirar a nuestro prójimo, a nuestro semejante, incluso aunque piense diferente a nosotros. A mirarlo con los ojos de Jesús de Nazareth, quien busco ayudar y servir a todas las personas, sin distinción, poner fin al sufrimiento de sus hermanos y hermanas, y darles una vida plena basada en el amor y la solidaridad.
Que las palabras y acciones de Jesús nos acompañen y nos iluminen en nuestro caminar y en nuestras decisiones, hoy y siempre. Amén.
Himno: Hazme un instrumento de tu paz (527, Libro de Liturgia y Canto)
Hazme un instrumento de tu paz, donde haya odio lleve yo tu amor
donde haya injuria tu perdón Señor, donde haya duda fe en ti.
Hazme un instrumento de tu paz, que lleve tu esperanza por doquier
donde haya oscuridad lleve tu luz, donde haya pena tu gozo Señor.
Maestro ayúdame a nunca buscar, ser consolado sino consolar
ser entendido sino entender, ser amado sino amar.
Hazme un instrumento de tu paz, es perdonando que nos das perdón
es dando a todos que tu nos das, y muriendo es que volvemos a nacer
Maestro ayúdame a nunca buscar, ser consolado sino consolar
ser entendido sino entender, ser amado sino amar
Hazme un instrumento de tu paz, es perdonando que nos das perdón
es dando a todos que tu nos das, y muriendo es que volvemos a nacer.
Oración de Intercesión: Amado Dios, te damos gracias por tu amor y tu palabra, que nos ilumina en todo momento. En este día nos dirigimos a ti como tus hijos e hijas, confiados en que nos escuchas y auxilias.
Te pedimos por todo el mundo, en especial por aquellas partes donde el Coronavirus esta haciendo mas estragos, o donde esta volviendo a tomar fuerza. Te pedimos sobre todo por nuestros hermanos Argentinos que estos últimos días han sufrido con especial fuerza los efectos de esta terrible pandemia. Te pedimos Señor por todos los enfermos y sus familias, por el personal de salud que lleva meses luchando prácticamente sin descanso, y por todos quienes se ven más afectados en esta crisis. ¡Señor, escucha nuestra oración!
En este domingo te pedimos Señor por nuestro país, que se enfrenta a un histórico referéndum sobre la actual Constitución. Lamentablemente no siempre nos hemos respetado y en medio de esta polarización, los espíritus y corazones se han vuelto contra nuestro prójimo, nuestro igual. Guíanos Señor en este día para que como sociedad sigamos caminando, pensando siempre en el bienestar y necesidades de nuestros semejantes, en especial de aquellos más desfavorecidos. ¡Que tu amor y tú espíritu de solidaridad inunde nuestros corazones!
(En el silencio podemos presentar al Señor nuestras peticiones personales)
Dios, tu conoces nuestros corazones y mentes, y todas nuestras necesidades las ponemos en tus manos con la oración que tu hijo Jesús nos enseñó:
Padre Nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu Nombre…Amén.
Bendición: Pedimos la bendición de Dios Que el Señor nos bendiga y nos guarde; que haga el Señor resplandecer su rostro sobre nosotros y tenga de nosotros misericordia. Vuelva el Señor su rostro hacia nosotros y nos conceda su paz. Amén.