Carta Pastoral Obispado
Iglesia Luterana en Chile
Estimada Iglesia
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a Hijo unigénito, para que todo el que cree en él, no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Juan 3:16
Les saludo en el amor del Señor, con uno de los textos más conocidos y difundidos de la Biblia y que se vincula con una de las historias del éxodo cuando aparecieron serpientes que provocaban mordeduras mortales a las personas, y, en ese contexto, se le pide a Moisés que prepare una asta y coloque una serpiente de bronce y el que veía esa serpiente (alusión a Cristo) vivía. Posteriormente se nos invita a creer en aquel que fue levantado en el madero de la Cruz.
Y es que nuestra sociedad se había olvidado de creer, de colocar sus ojos más allá de lo que vemos. Así, a nosotros se nos insta, nuevamente, a elevar nuestra mirada de fe al que por su muerte nos da vida.
Durante estos días, sin lugar a duda, tendremos una Semana Santa especial. Si tantas veces pedíamos que fuera un tiempo de reflexión, hoy ese tiempo se está dando por la necesidad que tenemos de guardarnos por amor a los nuestros y al testimonio público.
Hoy la sociedad para, el planeta hace un alto en la vida, pareciera ser que la tierra realiza ese reposo que tanto era necesario. Este reposo puede ser aprovechado o no, depende de cada uno; sin embargo, es un tiempo en que la tierra descansa y vuelve a quedar limpia la atmosfera, se hace un alto y disfrutamos de calles limpias y expeditas.
Cierto, no todo es bueno; junto a esto hay mucho sufrimiento, miedos e inseguridades. Es un tiempo que nos tiene mirando día a día las estadísticas, y los fallecidos pasan a ser un número más. Nos admiramos de la calamidad de otras regiones y no nos fijamos que somos tan frágiles o más que ellos. Son tiempos donde se han estigmatizado a los enfermos, donde la violencia intrafamiliar a aumentado, y así, alguien dijo que el mundo no será lo mismo y debemos orar para que ese cambio sea para bien.
Es así que, este alto Pascual, nos da la oportunidad para pensar dos veces en el mundo que queremos, o, mejor dicho, en el mundo que quiere Dios para nosotros.
Precisamente creo que estamos en el valle de la sombra de la muerte, siento que estamos en el sábado de nuestra existencia, pero después de esta experiencia viene la resurrección, viene la alegría, y la esperanza, podemos decir junto con Pablo “Con Cristo estoy juntamente crucificado, ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. (Gálatas 2:20 RV60). Es así como volveremos a levantarnos porque Jesucristo se levantó.
Estimada Comunidad, la Iglesia Luterana es por esencia la Iglesia de las buenas nuevas, de la alegría y la certeza, que, estando en cualquier situación, podemos estar seguros en las manos de Dios.
Que este fin de semana sea, en medio de la separación física, de unidad entre los seres humanos; en medio de tantas restricciones necesarias, libertad en nuestro espíritu, y en medio de tanta desesperanza, confianza en ese Dios que ama tanto al mundo.
Son los deseos de
Pr. Alexis Salgado Rodríguez
Obispo de la Iglesia Luterana en Chile