Entre el 20 y 26 de enero se llevó a cabo el Campamento de Jóvenes 2024 en la localidad de Puerto Fonck, a orillas del lago Llanquihue. En esta oportunidad, los pastores Alexis Salgado y Eduardo Silva, junto con el vicario Pablo Catrileo, fueron los encargados de guiar a los jóvenes en el tema “Un solo cuerpo, un solo Espíritu y una sola esperanza”, inspirado en Efesios 4:4.
Al encuentro acudieron un total de 68 campistas, el mayor número de participantes desde que asumió la actual directiva de jóvenes dirigida por Francisco Gómez, quienes tuvieron que ver con un sentimiento agridulce cómo incluso se llegó a crear una lista de espera en las inscripciones.
“La mayor parte de los chicos había participado en campamentos anteriores y eran parte de alguna de las comunidades de la Iglesia, principalmente de Osorno, por lo que se formó un buen grupo entre ellos. Estamos contentos de que haya habido tanta gente interesada en inscribirse, pero también lamentamos que se haya generado una lista de espera y algunos se hayan perdido de la experiencia”, mencionó Francisco Gómez, quien también participó como colaborador.
Durante los siete días de campamento, los jóvenes vivieron distintas actividades lúdicas y espirituales en las que aprendieron más sobre la fe luterana que caracteriza a la Iglesia Luterana en Chile (ILCh), incluyendo plenarios, trabajo en grupos vida para abordar los temas diarios, la realización de juegos de alianza, la participación de distintos talleres, la bajada a la playa de Puerto Fonck y las distintas noches especiales.
“En general los chicos acogieron con mucho entusiasmo las distintas actividades propuestas. Destaco los talleres de cocina, fotografía y deportes, donde se notó que los jóvenes disfrutaban de este tiempo. Y además el programa nocturno: La noche de juegos y de talentos siempre motiva mucho a los jóvenes a prepararse para disfrutar un rato alegre; y, por otro lado, la Noche de la Gracia fue un punto muy relevante en la experiencia personal y espiritual de los jóvenes”, destacó el vicario Pablo Catrileo.
Uno de los aspectos más destacados de esta versión 2024 del Campamento de Jóvenes fue la presencia invitados especiales que participaron como colaboradores: cinco jóvenes de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana de Brasil (IECLB) y dos del Consejo Luterano Salvadoreño (El Salvador), quienes se sumaron también a las actividades previas del Campamento de Liderazgo y al pre campamento.
Cabe destacar que la presencia de los jóvenes de Brasil tiene su origen en un acuerdo suscrito entre la ILCh y la IECLB, el que permitió que chilenos pudieran participar del Congrenaje 2023 y Sínodo de la iglesia luterana brasileña, mientras que ahora ellos asistieron al campamento de Puerto Fonck. En tanto, la presencia de los invitados de El Salvador tiene su fundamento en las crecientes relaciones que han forjado recientemente nuestra Iglesia con el Consejo Luterano Salvadoreño.
“Ellos tenían habilidades de liderazgo y conocimientos teológicos que nos ayudaron mucho en nuestras actividades, incluyendo la música. Esperamos contar con invitados de otros países en nuestros próximos campamentos, no sólo por ser extranjeros, sino porque aprendemos mucho de ellos, y ellos también de nosotros, lo que convierte a Puerto Fonck en un regalo que podemos compartir con otras iglesias”, expresó Francisco Gómez.
“Tanto las visitas de Brasil como El Salvador nos contaron de sus realidades, y se vieron muy involucrados con los demás colaboradores, así como con los campistas. Cabe destacar la alegría y energía que los jóvenes de Brasil nos trajeron, y cuya presencia fue muy relevante y difícilmente la olvidaremos pronto”, mencionó Pablo Catrileo.
De acuerdo a Francisco Gómez, el tema de este año, bautizado como “Unidos”, fue importante al marcar un cierre en una seguidilla de tres tópicos que fueron tratados también los dos campamentos anteriores, y tuvo como principal inspiración el principal tema tratado durante la última Asamblea General de la Federación Luterana Mundial (FLM) en Polonia, durante septiembre del año pasado.
“Nosotros no trabajamos con temas separados en cada campamento, sino que buscamos hacer secuencias con ellos. Después de la pandemia, el campamento tuvo como tema principal el conocerse a uno mismo, mientras que el siguiente trató sobre conocer a Dios. Ahora, cerramos esta secuencia buscando conocer a quienes tenemos a nuestro lado, a nuestro prójimo”, mencionó Francisco Gómez.
Para el vicario Pablo Catrileo, lo más importante del tema de este año fue explicarles a los jóvenes que, a pesar de que todos tenemos diferencias y habilidades distintas, todos constituimos una misma Iglesia y conformamos un mismo cuerpo, mediante el cual las cosas que unen a los cristianos son más fuertes que aquellas que los diferencian.
“Fue muy interesante ver cómo, a pesar de las diferencias de edad de los participantes, los temas, las preguntas y muchas veces también las respuestas frente a diversas situaciones no distanciaban mucho. Creo que para los jóvenes al principio el tema fue un poco abstracto, pero con el pasar de los días, especialmente por medio de las dinámicas que los colaboradores prepararon en sus grupos de vida, y sobre todo a través de las experiencias personales, ellos pudieron acoger este sentido de unidad en la diversidad que se intentó transmitir”, explicó Pablo Catrileo.