A las 19:30 hrs del miércoles 9 de abril las puertas del templo ubicado en calle Lota, de la comunidad El Redentor (Santiago), abrió sus puertas para mostrar un ensayo abierto de su coro a todos con el fin de que puedan acompañarlos en la celebración de sus 10 años de existencia.
La comunidad tuvo la oportunidad de escuchar interpretaciones tanto de Johann Sebastian Bach como de Dietrich Bonhoeffer, de quien el coro adoptó su nombre. A la instancia acudieron parientes, amigos y miembros de la comunidad, quienes fueron testigos del trabajo y perseverancia que este grupo ha demostrado desde que la agrupación coral fuera fundada en 2015 de la mano de Ítalo Riffo, quien ahora se encuentra en Alemania.
“Yo siempre sentí que el coro cambió mucho la vida de la comunidad. Mucha gente participa en la comunidad debido a nuestro coro y sus actividades, habiéndose convertido en un refugio para muchos en tiempos de tristeza y complicación. La gente participa porque realmente les llena el alma y porque podemos hacer cosas en conjunto”, explicó la pastora Hanna Schramm.
“Cuando yo llegué al coro hace un año atrás tuve que hacer primero un trabajo de motivación, ya que las personas no estaban conscientes de sus habilidades vocales ni pensaban que podían estar en una agrupación así. Hoy me siento contenta de ver cómo hemos llegado a trabajar en Bach, cuya música no tiene nada de fácil, pero ha sido un desafío que fue recibido por el grupo”, explica Vanessa Rojas, directora del Coro Dietrich Bonhoeffer.
Tras una exposición sobre la vida y obra de Dietrich Bonhoeffer a cargo de la pastora Hanna Schramm, la comunidad compartió en un cóctel en honor a los 10 años del coro en un acto de camaradería que se caracterizó por los buenos recuerdos y lazos que se han formado en la década de trabajo de este grupo coral, el que sin duda tiene todavía una larga carrera por delante.
Dietrich Bonhoeffer fue un teólogo y pastor luterano alemán que vivió entre 1906 y 1945, siento también una figura destacada en la oposición contra el régimen nazi. Desde su juventud fue inspirado por la música, especialmente por la obra de Johann Sebastian Bach, lo que lo motivaría que su trabajo pastoral tuviera un enfoque en el canto comunitario como aspecto fundamental en la espiritualidad cristiana, idea que adoptaría especialmente tras visitar Estados Unidos.
En Alemania fue el creador de la Iglesia Confesante, un movimiento cristiano protestante que criticó la interferencia del régimen de la época sobre la Iglesia en general, motivo por el cual fue encarcelado, aunque no dejó por ello su trabajo teológico de lado. Durante su tiempo en prisión, la música resultó fundamental como consuelo, hasta que falleció como mártir en el Campo de Concentración de Flossenbür un 9 de abril de 1945. 80 años después, un mismo día, nació el Coro Dietrich Bonhoeffer en la comunidad El Redentor.
“Dietrich Bonhoeffer es alguien que vivió su vida en plenitud de acuerdo a lo que Dios quería para él, y cuando vio que esta vida, que debe ser un derecho para todos, fue oprimida, fue consciente de que eso no es el mensaje de Jesús. Es un ejemplo muy potente tanto de cuidar la vida como disfrutarla”, explicó la pastora Hanna Schramm.
“Cuando Dietrich Bonhoeffer fue a Estados Unidos, pudo experimentar la espiritualidad a través de cantar. El canto es sumamente importante, tanto en lo físico -porque uno es el instrumento- como en lo espiritual, algo que él experimentó, y motivo por el cual creo que los coros son tremendamente importantes para las iglesias, a lo que se suma la comunión que genera”, destacó Vanessa Rojas, directora del coro.